El presidente cubano, Raúl Castro, y otros altos dirigentes de su gobierno, saludaron hoy la entrada del Papa Benedicto XVI en la Plaza de la Revolución, colmada por una multitud de creyentes y no creyentes.
El pontífice, a su vez, respondía el saludo desde el interior de su blanco vehículo acristalado que llegó en lento recorrido a las 08:40 hora local a la amplia explanada, escenario habitual de concentraciones revolucionarias.
Una locutora de la televisión cubana dijo que en el lugar estaba presente “una fuerte representación del Estado, el gobierno y el Partido” (comunista) gobernante, la mayoría vestidos con guayaberas (prenda típica) blancas.
Poco antes del arribo del pontífice alemán Josep Ratzinger ingresó en la Plaza la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, para acompañar la celebración de la segunda misa pública del Papa Benedicto XVI en tierra cubana.
El icono espiritual, que durante 16 meses recorrió la isla en la celebración del Año Jubilar por el 400 aniversario del hallazgo de su imagen, volvió a transitar las calles capitalinas en un periplo que partió de la Catedral de La Habana hasta el escenario de la eucaristía.
El Papa concluirá este miércoles su visita a Cuba con la multitudinaria misa, como lo hizo hace 14 años su predecesor Juan Pablo II, y en algún momento antes de retornar a Roma se reunirá con el ex presidente Fidel Castro.