Con un mensaje a sus hijos y a su esposa, “porque ha sido un honor servir a México”, y un recuento de lo hecho en su sexenio, el presidente Felipe Calderón entró ayer en esa difusa y extraviada zona en la que los mandatarios se acercan al final de su sexenio y comienzan a ceder el poder paulatina e involuntariamente, ante su sucesión en marcha. Es el síndrome del fin de sexenio, en el que les da por creer que “el país está mejor” que cuando ellos llegaron y que sus acciones fueron todas positivas y resolvieron más rezagos y problemas que sus antecesores.
A unos les ocurre en su penúltimo informe, a otros hasta los últimos meses, pero a todos los gobernantes les llega el punto en el que comienzan a pensar en su salida. Y Calderón ya comenzó. Ayer, a 48 horas de que arranquen las campañas para su sucesión, reunió a un público a modo, formado por burócratas de nivel medio y alto que aplaudieron a rabiar, y enumeró logros que, desde su óptica, son muchos e importantes, para concluir con un mensaje excedido de seguridad y carente de autocrítica: “México está mejor que hace seis años…mienten quienes dicen que hay más pobres en el país”.
En esa zona difusa en la que ha entrado, donde no podrá seguir entregando obras ni haciendo discursos triunfalistas sobre su gobierno, Calderón se queja de las disposiciones legales que le impiden seguir promocionando su imagen y la de su administración, y envía el mensaje de que con el acto de ayer cierra la promoción, antes de la veda que le impone la ley. ¿Pero, realmente el Presidente se frenará en el apoyo a su partido? No hay elementos para pensar que así será.
Tal vez Felipe Calderón vaya a cuidar las formas y no se le vea tan directamente intervenir en el proceso, pero basta recordar cómo llegó al poder él mismo -con un apoyo descarado e ilegal, señalado pero no castigado por el Tribunal Electoral-, para entender que en la lógica calderonista, el “haiga sido como haiga sido” sigue vigente y fue tan válido en 2006 para hacerse del poder, como lo será seguramente en el 2012 para tratar desesperadamente de mantenerlo.
A menos que su acto de cierre de ayer sea una señal de que sí hay un distanciamiento con Josefina Vázquez Mota, y que las críticas de la candidata panista a colaboradores muy cercanos del Presidente, como Genaro Vázquez Luna y Alejandra Sota, hayan provocado tome distancia de su campaña, aunque permita el apoyo de la estructura gubernamental.
Ya se verá si lo de ayer fue un acto sólo para guardar las formas, en todo caso, lo que está claro es que el Presidente ha comenzado su despedida y por tanto ha empezado a pensar en su futuro inmediato. ¿Cómo se verá a si mismo Calderón después del primero de diciembre de este año?, ¿se quedará a vivir en México, podrá hacerlo?, ¿se refugiará en algún país del extranjero por motivos de seguridad?, ¿se irá como el panista que mantuvo al PAN en el poder o como el que le regresó el poder al PRI?
NOTAS INDISCRETAS…La Comisión de Derechos Humanos del DF envió a la Procuraduría capitalina una recomendación que pide detener la práctica ilegal de exhibir en los medios masivos a detenidos que son presentados como presuntos culpables a la sociedad, cuando aún ni siquiera se investiga o se analiza por los jueces su culpabilidad. El tema es de fondo y ayer activistas, analistas y periodistas se reunieron en el edificio de la CDHDF a discutirlo, tanto por la responsabilidad de la autoridad que pisotea los derechos de presuntos inocentes, como de los medios que legitiman y validan una práctica cruel e inhumana que puede destruir la vida y el prestigio de un detenido. Ricardo Rocha, Darío Ramírez, Mario Campos, Lucía Lagunes, Klara Myra y este columnista estuvieron en la discusión…Los dados repiten Serpiente. Mala racha.
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