MONTEVIDEO. El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, reiteró ayer que Montevideo rechaza el bloqueo comercial a las islas Malvinas, al igual que lo hace con el de EU a Cuba, porque lo considera una violación a los derechos humanos de los malvinenses.
“Uruguay nunca dijo que había que bloquear a las islas ni que había que hacer un bloqueo económico comercial a los habitantes de las islas”, indicó Almagro en una entrevista con Radio Universal de Uruguay.
Además, el canciller recordó que la Presidencia uruguaya emitió un comunicado el año pasado en el que señalaba “claramente que de ninguna manera se procederá a un bloqueo económico o comercial de las islas que sería violatorio de los derechos humanos de sus habitantes”.
Aquella postura fue una respuesta a la crisis diplomática desatada entre Montevideo y Londres por la decisión uruguaya de impedir la entrada a sus puertos de buques con banderas de Malvinas en solidaridad con Argentina.
En diciembre la iniciativa uruguaya fue secundada por sus socios en el Mercosur -Brasil y Paraguay, además de Argentina- y después por Chile.
El martes se supo que una aerolínea uruguaya se ha ofrecido para fletar el próximo 13 de abril un vuelo para transporte de carga desde Montevideo hasta las Malvinas, a través de la Cámara de Comercio Uruguayo-Británica que justificó la iniciativa como parte de la “histórica” relación comercial entre los dos territorios.
El vicepresidente de la cámara, Guillermo Wild, defendió la operación con el argumento de que “hace 200 años que Uruguay comercializa sus productos con las islas Malvinas”.
Al cumplirse el próximo lunes el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas, el Reino Unido reitera su compromiso de defender las islas y exige a Argentina que respete la autodeterminación de los malvinenses que quieren continuar bajo soberanía británica.
Mientras para Argentina es una reclamación de derecho territorial porque considera que las islas son una extensión de su plataforma submarina, el Reino Unido pone énfasis en el derecho basado en su presencia histórica y en el imperativo de respetar la voluntad de los isleños, un principio contenido en la Carta de la ONU.
Los malvinenses consideran que el deseo de elegir su propio futuro es un “derecho básico” estipulado en la Carta de la ONU e insisten en que quieren seguir siendo británicos.
“Todo lo que pedimos es que nos dejen en paz para elegir nuestro propio futuro, el de nuestros hijos y el de las futuras generaciones”, dijo a Efe la representante de los isleños en el Reino Unido, Sukey Cameron.