Osama Bin Laden engendró cuatro hijos mientras permaneció escondido tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, reveló Amal Abdulfattah, la viuda más joven del extinto líder de la red Al Qaeda.
Las declaraciones de Abdulfattah están contenidas en un informe elaborado por la policía de Pakistán cuando fue detenida, tras la operación militar secreta de Estados Unidos en la ciudad paquistaní de Abotabad, en la que murió Bin Laden en mayo de 2011.
El desaparecido millonario saudita evadió por casi una década a las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados, pese a que ofrecían por él una recompensa de 25 millones de dólares, por su responsabilidad en los atentados en Nueva York y Washington.
Sin embargo, a principios de mayo de 2011 murió abatido por tropas especiales estadunidenses que sorpresivamente irrumpieron en el inmueble donde se escondía -junto con sus esposas e hijos- en Abotabad, cerca de Islamabad, la capital de Pakistán.
Abdulfattah, yemenita de 30 años, fue detenida por la policía tras esa operación militar secreta -llevada a cabo sin conocimiento de Pakistán- y puesta bajo custodia mientras se efectuaba una investigación sobre cuándo y cómo Bin Laden llegó a Abotabad.
La mujer, que más tarde fue acusada de entrar y vivir de manera ilegal en Pakistán, afirmó que procreó cuatro hijos con el ex líder extremista, dos de los cuales nacieron en hospitales estatales del país, donde sólo permaneció dos o tres horas en cada caso.
Según un informe, realizado con base en el interrogatorio a la que fue sometida, Abdulfattah se casó con Bin Laden porque “tenía ganas de casarse con un mujaidín” o combatiente islámico.
La joven viuda relató que voló a Pakistán en el año 2000 y de ahí viajó a Afganistán, donde se casó con Bin Laden antes de los atentados en Estados Unidos, pero que después de éstos la familia se “dispersó” y que ella se dirigió a la ciudad paquistaní de Karachi.
Más tarde se reunió con Bin Laden en Peshawar, en el noroeste paquistaní, y se trasladaron a Swat Valley, donde vivieron en dos casas antes de asentarse en Abotabad, en 2005.
El informe paquistaní recomienda que tanto Abdulfattah como sus cuatro hijos sean deportados a Yemen de inmediato.
Durante los casi 10 años de su búsqueda, Estados Unidos y sus aliados creían que el ex líder de Al Qaeda se encontraba oculto en algún lugar remoto a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán.