La escena gastronómica colombiana, particularmente en Bogotá, está en plena explosión y crecimiento. En los últimos años, como resultado del boom económico que está viviendo el país, han surgido nuevos conceptos restauranteros de todas nacionalidades que ofrecen alta cocina a la par de cualquier gran ciudad.
Además, en mi visita a Bogotá la semana pasada, encontré restaurantes en donde a pesar de que cada uno contaba con una “personalidad” muy distinta, era evidente la tendencia de incorporar ingredientes locales.
Colombia posee en cuestión gastronómica algo único en el mundo: la abundancia de frutas exóticas. Sin importar el tipo de establecimiento que visitemos, ya sea en un puesto callejero o el restaurante más elegante, siempre hay jugos de frutas naturales para beber.
Las opciones son amplísimas: van desde la conocida maracuyá, a sabores más exóticos como el lulo, el tomate de árbol, la freijoa, la uchuva, la gulupa, la granadilla, la pitahaya amarilla y hasta la papaya que sabe muy diferente a la papaya mexicana. Es un deleite para los sentidos probar estas frutas.
Para nuestra fortuna, en la Ciudad de México, en el mercado de Medellín, en la Colonia Roma, en el puesto del paisa Alfonso, podemos probar algunas de estas frutas para traer la experiencia colombiana directamente a México. Además, la cocina colombiana, al igual que la mexicana, varía dependiendo de las influencias de la costa o la montaña. Entre los ingredientes favoritos en todo el país encontramos el maíz, que produce las deliciosas arepas colombianas, una especie de gordita de maíz blanco que puede comerse asada o frita.
En la costa, una especialidad de Cartagena es la arepa con huevo, que es la garnacha estilo gordita con masa delgada y crujiente, que en su interior tiene un huevo frito a la cocción que prefiera el comensal. En la costa utilizan mucho el plátano y el coco, mientras que en la parte interior del país, en la zona antioqueña, no puede faltar una bandeja paisa con longaniza, carne asada, frijol (los colombianos le llaman fríjol), plátano y arepa. Además de los deliciosos platillos típicos, la escena culinaria tiene mucho que ofrecerle a un visitante.
Sin duda, una de las experiencias más divertidas que tuve en Bogotá, fue en El Nueve. El restaurante se encuentra escondido, ubicado dentro de una casa, que también funciona como galería y tienda. El lugar cuenta con una mesa comunal como para 16 comensales dentro de una gran cava con vinos de todas las regiones y una pequeña cocina.
El concepto gira en torno a tapas y vinos por copeo, con la delicia de que uno puede probar cualquier vino en el restaurante por copeo. Uno llega y tiene que tocar el timbre, ya que el restaurante es a puerta cerrada, únicamente con reservación. El chef y sommelier Pedro Escobar por lo regular te atiende personalmente. En la noche probé todo tipo de delicias desde empanaditas de peras asiáticas y gorgonzola, chistorra en envoltura crocante, lomito de entraña acompañada de una amplia selección de vinos que fueron desde los espumosos a los blancos, a los tintos y terminando hasta en un vino de postre.
Otro concepto divertido en la ciudad es El Cielo, en donde el chef Juan Manuel Barrientos trajo el concepto de la cocina molecular a Colombia. Cuenta con una sucursal del restaurante en Medellín (la primera) y recientemente abrió una en Bogotá. Él se entrenó en Arzak del famoso chef español Juan Mari Arzak.
La cocina parecería un gran laboratorio y la comida inicia con una experiencia sensorial con chocolate, juega con aromas en hielo seco y todo tipo de preparaciones al vacío utilizando una amplia gama de ingredientes colombianos. Ofrecen dos opciones de menú de degustación y entre mis platillos favoritos estuvieron la sopa de cebolla con flores y un salmón con 3 salsas distintas que estaba cocinado a la perfección, al vacío.
Y si de comida más sencilla se trata, está Abasto, ubicado en un barrio más bohemio. Esta tienda-restaurante, ofrece todo tipo de preparaciones con ingredientes de temporada. Inmediatamente uno puede percibir los toques femeninos de la chef Luz Beatriz Vélez, quien en algún momento estuvo trabajando en México en un resort de Tulum.
El aire es relajado e invita a tener una conversación larga y matar la tarde. Las preparaciones son ligeras y se enfocan en los productos locales. Para empezar pedí una ensalada de palmitos frescos que estaba deliciosa y después, unos camarones sobre una tortita de plátano macho y una salsa con coco.
Sin duda, uno va a Colombia y se enamora de la calidez de su gente, de lo fácil que es moverse en la ciudad, pero también de la gastronomía. Me encanta viajar a lugares en dónde es evidente una revolución culinaria y hoy en día algo muy importante se está cocinando en este país.
Espero que tengas un maravilloso domingo y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!
@anasaldana
***
Nueve:
www.nueve.in
CL 70A # 10A- 18
Zona G, Bogotá
Tel: 2487073
Lun- sáb. de 12:00M -12.00a.m
El Cielo
Calle 70 No. 4-47
Zona G, Bogotá
Tel: 703 5585 / 703 5542
Lun a vi: 12:00 m a 9:00 p.m.; sáb:12:00 m a 10:00 p.m
Abasto
Carrera 6 No. 119 B – 52
Usaquén, Bogotá
Tel.: 215.1286
***
Para comprar productos colombianos en el DF.
Su Paisa Alfonso
Mercado Medellín Loc. 221 — 222
Colonia Roma entre Medellín y Monterrey
Delegación Cuauhtémoc, México, Distrito Federal
Teléfonos: (0155) 55 64 6716 y (0155) 55 64 9360