A unos cuantos días de iniciarse las campañas presidenciales 2012, los cuatro candidatos a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri de la Torre, son analizados en exclusiva para 24 Horas, por tres expertos en Imagen Pública: Carlos Alazraki, David Navarro y Ximena de la Parra, quienes coinciden en que el candidato del PRI, aunque parece un tanto anticuado, es el que goza de mejor imagen de los cuatro aspirantes.
En la contienda electoral hacia Los Pinos, los expertos consultados subrayan que poco importa el partido político o ideología de los aspirantes, sino que una buena imagen de los contendientes es asociada por la ciudadanía con eficiencia, calidad, seriedad, poder y que lo que cuenta es la percepción que tenga la gente y no las propuestas que ofrezcan. De esta manera, califican que la transformación de Josefina Vázquez Mota ha sido paulatina de burócrata clásica al jet set contemporáneo. Que la imagen de Andrés Manuel López Obrador es totalmente incongruente en su manera de vestir con su expresión física y verbal, y por último, a Gabriel Quadri de la Torre, lo califican como un moderno “eco loco” y un advenedizo de la política nacional, con miras al proceso electoral.
Entrevistados por separado y de acuerdo al orden que ocuparán en las boletas del IFE para votar; -PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza-, 24 Horas, presenta el análisis realizado por los expertos en Imagen Pública al observar la fotografía de cada uno de ellos, durante la toma de protesta como candidatos a la Presidencia de la República.
ENRIQUE PEÑA NIETO. PRI
“Como el joven estudiante que acaba de ganar la presidencia de la Facultad de Leyes. Perfectamente bien vestido, camisa blanca, corbata roja lisa pero al portar traje negro lo hace lucir anticuado y aburrido”, sostiene Carlos Alazraki; mientras que David Navarro y Ximena de la Parra coinciden en que le hubieran recomendado una corbata con discretos diseños que le hiciera ver más joven y exigirle que no se abroche el saco del traje porque le impide libertad.
En cuanto a su semblante, los tres afirman que transmite mucha seguridad, firmeza y ganas de gobernar. Alazraki subraya que el Enrique Peña Nieto que aparece en las fotos no es el mismo en persona porque se ve acartonado, ya que en su trato personal, “es a toda madre”.
Recomendación
Que deje de fingir tanta seriedad, que en persona sea más auténtico y más simpático. “Quien le aconsejó adoptar esa postura no es su amigo, es un pendejo porque lo aleja de la realidad y de la gente”, agrega Carlos Alazraki
Cambios
En la ceremonia de toma de protesta estaba más nervioso que contento. Urge que le transmita a la gente el auténtico hombre que es. No obstante que detrás de él están los mejores asesores en imagen, tal parece que quieren la perfección como si se tratara de un muñequito de aparador, el exceso de fijador en el cabello le imprime una imagen rígida, hay que rebajarle el copete que hace que se vea anticuado, por eso lo caricaturizan y hasta apodos le ponen.
Por último, señalan que Peña Nieto es tan perfeccionista con su imagen que se hace manicure una vez a la semana y tratados faciales tres veces al mes. Es impecable con su ropa, camisas de algodón egipcio, se ve que le gusta la sastrería fina con trajes Antonio Solito, Leo Fabio y Ermenegildo Zegna, gasta “un dineral” y mantiene el mismo aspecto que tenía como gobernador del Estado de México, lo que le funcionó muy bien con muchas mujeres.
JOSEFINA VAZQUEZ MOTA. PAN
En la ceremonia en el estadio de fútbol del Cruz Azul, da la impresión de ser María de Lourdes (cantante folcklórica) al levantar los brazos, tal y como si hubiera terminado su actuación. Para nada da la sensación de ser una mujer dedicada a la política, no obstante de portar un traje sastre elegante. Mientras que en la fotografía detrás del atril, se le nota más contenta.
En cuanto a su semblante, se le nota sonriente y segura de sí misma, muy por arriba de lo que proyectaba Peña Nieto, pero a leguas se nota que carece de asesores de imagen porque dejaron que portara un vestido blanco y no en tonos azules que le hubiera permitido lucir más su rostro, tal parecía que iba hacer la primera comunión y no una candidata a la Presidencia de la República.
Recomendación
Carlos Alazraki, David Navarro y Ximena de la Parra, coinciden en que la transformación de Vázquez Mota ha sido paulatina, es decir, hace 11 años cuando se desempeñó como titular de Sedesol, durante el sexenio de Vicente Fox, su aspecto era de una burócrata clásica, y ahora, da la impresión de pertenecer al jet set contemporáneo.
Durante esa época de funcionaria federal, vestía trajes sastre en tonalidades oscuras, usaba maquillaje recargado, tenía el cabello negro y se alzaba un leve crepé en el fleco con fijador, estilo moda de los años 80, pero al desempeñarse como secretaria de Educación Publica se hizo notoria la pérdida de peso, bajó poco más de 15 kilos, como si padeciera anorexia.
Nuevamente, los tres entrevistados, coinciden en que los actuales asesores de Vázquez Mota “le dieron al clavo para que luzca más joven, fresca y amigable, muy aparte de las cirugías de rostro que se ha hecho, se nota una incisión en la ceja inferior y una cicatriz al contorno de la oreja con un estiramiento en cuello y mejillas”, la verdad, se ve más joven y atractiva.
También, es impresionante, dicen, observar cómo refinó su ropa, antes era clásica y aburrida con trajes sastre negros de oficinista, con collar de perlas, ahora, combina colores y texturas.
Cambios
Ninguna, excepto que sus discursos son auténticos somníferos, la gente se aburre o de plano abandonan el lugar.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. PRD
Una total y absoluta incongruencia con su imagen que aparece en el atril de la ceremonia de toma de protesta, su rostro es totalmente adusto, da la impresión de estar muy enojado, a decir verdad, y por su ideología, los cambios en López Obrador son normales de su edad, es decir, perdió cabello, encaneció y sufrió la transformación de la moda, pasó por los trajes de cuadros de los 60, hasta los clásicos de actualidad.
Aunque en López Obrador son imperceptibles las modificaciones en su apariencia, trata de proyectarse más ejecutivo en este proceso electoral. “De usar sólo corbatas amarillas y beige, tonalidades propias del PRD, según dice que son colores que representan al pueblo y la tierra, de repente, se pone algunas azules o rojas”.
También desapareció “su famoso gallito”. Le recortaron el remolino que se le hacía en el centro de la cabeza, que tanto caricaturizaban los medios de comunicación. Por cierto, es el que más repite su guardarropa, de a tiro está “jodido”, subraya Alazraki
“Una toma de protesta, es una celebración. por más serio y formal que suela ser el candidato, López Obrador no da ninguna sensación de estar celebrando absolutamente nada, se le nota cansado, desganado, con cara de pocos amigos o de sargento mal pagado, cosa que también se aprecia en la gente que hay detrás de él, con caras de aburridos y cansados”, agrega Alazraki.
Recomendación
En primer lugar, yo no aceptaría ser su consultor, afirma precipitadamente Alazraki, creador de la imagen pública de Roberto Madrazo y enfatiza: “Ni aunque me pagara muy bien el Peje, trabajaría con él, que gûeva”.
Tanto David Navarro como Alazraki sostienen que el problema de López Obrador es que tiene una doble personalidad, ni él mismo sabe cuál es y lo único que genera es una terrible confusión entre la ciudadanía.
Los tres expertos en imagen pública dicen que difícilmente se atreverían a formular cualquier tipo de recomendación al candidato del PRD, por su incongruencia porque desde que habla de la república “amorosa”, nadie le cree nada.
Cambios
Que no enrede más a la gente, nadie concibe que antes era aguerrido, bravucón y ahora se muestra como una tierna e inofensiva ovejita, cosa que ni él mismo se la cree, a los 50 y tantos años no puede andar jugando a que ahora es muy amoroso, ni tampoco presenta proyectos interesantes en beneficio de la nación.
GABRIEL QUADRI DE LA TORRE. Panal
Carlos Alazraki, afirma: “Me van a partir la cara por grosero, pero este chango no tiene ni madres de imagen, quizás, es una moderna versión del ‘Ecoloco’, (personaje de la serie Odisea Burbujas). No entiendo cómo de la nada se le ocurre postularse como candidato a la Presidencia de la República, sin ningún antecedente en el servicio público. México no es para improvisar ni juego de intereses mezquinos”.
Sobre su imagen, explica, “es totalmente desaliñado en su persona, con esa melena quién le va a creer que quiere ser Presidente de México, solamente de Tanpendécuaro, aunque a decir verdad, una cosa es que este señor sea ingeniero de carrera pero no tiene la mínima idea de lo que es la política ni tampoco ha ocupado cargo alguno en el sector público o de elección popular”.
Por su parte, el también experto en Imagen Pública, David Navarro, enfatiza: “Transmite una imagen intelectual más que de político. Su saco sport de pana comunica que no es una persona que siga las reglas. Su presencia es descuidada, confía más en sus ideas y conocimiento pero olvida las reglas de ser un candidato presidenciable. Su bigote rebasa la línea del labio superior, restando pulcritud. Lentes de pasta que le otorgan cierto aire juvenil pero desperdicia una gran oportunidad de proyectar, de comunicar su poder intelectual, que podría ser una de sus mayores armas en los debates”.
El único acierto de su vestimenta, afirman, es ser congruente con parecer “maestro” o un hombre culto y de preparación académica, sin embargo, no proyecta poder político. Al haberse autoproclamado candidato de los maestros, está dejando de lado a todos aquellos que no comparten la docencia.
Su lenguaje corporal en el momento de la toma de protesta refleja serenidad pero no un gusto u honor por ser proclamado el candidato. A sus brazos les falta el gesto de convicción y fuerza de un líder al asumir la oportunidad y el reto de guiar a sus seguidores y la manera en que toma las manos de sus compañeros de partido no refleja unidad sólida, sino que las sostiene con sólo algunos dedos.
Recomendación
Vestir de manera más apropiada y formal en eventos protocolarios y que refleje su pensamiento práctico y frontal. Cuidar la estética de su bigote y corte de cabello. Sonreír en los momentos claves de su discurso y proyectar más firmeza corporal a través de sus ademanes.
Cambios
Alazraki exclama: “¡Que se dedique a lo suyo, la política no es venir hacer el ridículo!”
Mientras que Navarro sugiere: “Unificar congruentemente su discurso político con las fortalezas de su personalidad e imagen personal como candidato. Puede dar una imagen diferente a la típica del intelectual, es decir, quedarse en la zona de las ideas y no pasar a la acción, pero sobre todo, acercarse a más grupos de electores y no solo al de los maestros”.
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