Jorge Carpizo McGregor y Miguel de la Madrid Hurtado, fallecidos este fin de semana, fuero dos políticos, hombres de Estado que ocuparon los más altos cargos de la vida pública mexicana y que pertenecieron a una misma generación, la llamada ¨de los 50¨ , la última de la política mexicana caracterizada por la creación y consolidación de instituciones.
La coincidencia de su muerte, la de Carpizo el viernes en condiciones poco claras mientras se le preparaba para una cirugía menor, y la de De la Madrid después de un largo periodo de enfermedad, fue también una coincidencia en la vida: ambos fueron alumnos predilectos del doctor Mario de la Cueva y de la Rosa, ex rector de la UNAM y maestro emérito de la Facultad de Derecho y de la Escuela Nacional de Economía.
Junto con otros políticos que aún les sobreviven, como Porfirio Muñoz Ledo y Enrique González Pedrero, el ex presidente De la Madrid y el doctor Carpizo fueron parte del grupo cercano de Mario de la Cueva y trabajaron al lado del catedrático y académico, que se convirtió en su maestro y formador. Incluso en algún momento, jóvenes ambos, llegaron a competir por la predilección del doctor De la Cueva como alumnos.
La de Carpizo y de Miguel de la Madrid fue una generación formada en la academia pero también en la práctica; era la época en que los hombres de poder eran abogados, no economistas como ahora, y la formación de instituciones era parte de esa generación.
De la Madrid se fue hacia la Hacienda y la parte financiera ; aunque abogado egresado de la UNAM, su doctorado en Harvard lo conectó más con los fnancieros y se convirtió en el primer presidente en romper con el predominio de los abogados al incorporar a su gabinete a más economistas, iniciar la apertura económica con el ingreso al GATT y elegir como su sucesor a un economista joven como Carlos Salinas de Gortari.
Su gobierno tuvo dos momentos críticos: el temblor de 1985, donde la sociedad civil presionó y se organizó a partir del pasmo inicial del gobierno para enfrentar la tragedia, y las elecciones de 1988 donde la sospecha del fraude y la ¨caída del sistema¨ mancharon el fin de su presidencia.
Mientras que Carpizo siguió en la Academia, con una gran trayectoria en la Universidad Nacional, hasta que fue llamado por Carlos Salinas de Gortari para fundar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a la que daría forma y prestigio en sus inicios. Después, presionado por Salinas, aceptó dirigir la PGR donde logró capturar a Joaquín El Chapo Guzmán el 9 de junio de 1993 en Guatemala. Su actuación en la procuraduría entró en la polémica después por el caso del Cardenal Posadas, donde sus investigaciones arrojaron la teoría de la confusión que fue rechazada y descalificada por grupos de ultraderecha.
De la Madrid inició en el país cambios que impactaron la vida económica y social, Carpizo creó instituciones y seguía desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas elaborando diagnósticos y propuestas para la crisis de seguridad y violencia en el país. Dos miembros de una misma generación, dos personalidades, dos obras que serán juzgadas cada una en su dimensión y con todos sus clarosucuros. Desncansen en paz.
NOTAS INDISCRETAS…Familiares de Jorge Carpizo han hablado de solicitar una investigación médica para que se esclarezcan las condiciones de su muerte. Al parecer el académico era alergico al latex y tres de los médicos que participarían en su circuía se presentaron con esos materiales al quirofano lo que pudo desencadenar el choque anafilactico que pudo provocar su deceso antes de que lo sometieran a una operación de hernia…De Porfirio Muñoz Ledo, otro de los membros de la citada Generación de los 50, por primera vez en muchos años se quedará sin ocupar un cargo público luego de que ninguno de los partidos de izquierda aceptara postularlo aún con la recomendación de López Obrador. Ni hablar, Porfirio estará fuera del erario…Los dados inician con Escalera. Mejora la suerte.
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