En México cualquier persona puede espiar, fácilmente a bajo costo. Sólo depende de cuántas y de qué personas se trata, el medio que se desee utilizar y el tiempo que se dedique a esa tarea.
Se pueden gastar desde 5 mil pesos hasta 300 mil al ir de compras por internet o en los mercados informales donde se ofrecen computadoras, software o celulares; preguntando un poco más se encontrará el equipo idóneo para el espionaje que se desee porque no está a la vista.
Otra forma es adquirir esos dispositivos a través de personas especializadas, que en su mayoría han renunciado o han sido despedidas de áreas de gobierno dedicadas a esas tareas, y que también ofrecen sus servicios para vigilancia, colocación de micrófonos, cámaras o simplemente para entregar un CD o USB con las conversaciones telefónicas grabadas en el tiempo contratado. El costo puede variar de 20 a 200 mil pesos, dependiendo el tipo de equipo o trabajo contratado.
Lo más económico es hacerlo uno mismo. Comprar el equipo por internet, leer el manual y ver los videos sobre el quipo adquirido. Ya con ese entrenamiento se pueden colocar los dispositivos y comenzar a escuchar.
Conectar una cámara en un reloj de pared o de un buró, ensamblar un micrófono al teléfono de la casa sólo llevará de cinco a 10 minutos. La persona que escucha y observa tendrá acceso a cada conversación; si quiere, la podrá escuchar en tiempo real o dejará su grabadora puesta para que, en sus ratos libres, se entere de las conversaciones.
Por teléfono
Si lo que se quiere es interceptar un teléfono fijo se debe adquirir los micrófonos que parezcan más adecuados; puede ser desde el que simula ser una cajita desde donde sale el cable telefónico, o un prolongador de cable telefónico, o el tipo “T” que normalmente permite conectar, en una misma caja, dos cables para el teléfono. Todos ellos tienen un micrófono integrado, diminuto y que permite escuchar las conversaciones a una distancia de entre 100 a 300 metros.
Si no se puede ingresar al domicilio, se puede comprar un micro lagarto telefónico que permite conectar los cables de la línea a un micrófono y permite escuchar a una distancia de 100 a 200 metros.
Estos equipos se pueden encontrar en internet en precios de entre 7 y 9 mil pesos, dependiendo el lugar en que se busque.
Las grabadoras con mayor capacidad de almacenaje, entre 60 y 80 horas de preferencia, tienen un costo de entre 7 y 9 mil pesos, o algo más sencillo que sólo registra más de una o hasta 30 horas, con un precio de 800 a 6 mil pesos.
Puede encontrarse gran variedad de grabadoras, desde las que registran en USB o CD, las que identifican la fecha, la duración de cada conversación, y el número desde el que se originó la llamada y el aparato que la recibió.
Celulares clonados
Si lo que se prefiere es interceptar celulares, lo más sencillo es comprar un escáner que ubica las llamadas a una distancia de entre 100 y 300 metros, pero se debe conocer la ubicación del celular y sus movimientos para poder mantenerse cerca. El precio de algunas de estas opciones oscila entre 5 y 7 mil pesos.
Otra opción es comprar el software adecuado para cada marca de teléfono e instalarlo en el mismo, lo que permitirá que en otro celular se sepa de qué número se llama, escuchar la conversación, oír las conversaciones que el propietario tenga porque cuenta con un micrófono ambiental y leer todos los mensajes de texto que reciba.
La persona espiada no se dará cuenta de que está siendo interceptada y quien escucha podrá grabar las conversaciones y guardar los mensajes de texto. El software costará entre 23 y 37 mil pesos, dependiendo la marca del celular.
Otra opción es tener acceso al aparato que se interceptará y colocarle una tarjeta tipo SIM, ya sea en teléfonos fijos o celulares; en este caso la distancia no importa, porque las llamadas y mensajes se reciben a un celular ya preparado para ello. Este sistema cuesta entre 25 y 35 mil pesos.
Contrataciones
Ahora, si lo que se quiere es algo más profesional y cercano a los trabajos de seguimiento, interceptación y espionaje de las oficinas de gobierno, como el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Policía Federal, las secciones de inteligencia de las Fuerzas Armadas, se contrata a personas que a eso se dedican, porque ocuparon diferentes cargos en ese áreas y ahora trabajan de forma particular.
Esas personas identifican la persona a espiar; mientras más importante sea, más caro cuesta el servicio. Al saber quién es el objetivo, se le vigila para conocer sus horarios, hábitos y debilidades, así se colocarán las cámaras y micrófonos idóneos, que no puedan ser detectados y que ofrezcan la mayor cantidad de información.
Se le puede espiar con micrófonos en relojes, mouse de computadoras, espejos, multicontactos o en cualquier adorno en el que pueda disfrazarse un aparato de estos de dos centímetros o menos. Estos equipos van desde los 5 mil hasta los 30 mil pesos.
El último recurso es contratar, con los contactos adecuados, a empleados de empresas telefónicas que puedan realizar las grabaciones telefónicas de los números que se soliciten. El servicio, comenta una fuente especializada en esos temas, puede costar entre 150 y 300 mil pesos mensuales. Los técnicos entregan un CD con todas las conversaciones de forma semanal o quincenal.
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