WASHINGTON. Los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y de Brasil, Dilma Rousseff, acordaron ayer aumentar la cooperación bilateral en defensa y agilizar la emisión de visas de turismo y negocios para sus ciudadanos, en una reunión en Washington en la que salieron a la luz sus discrepancias en política económica.

 

En su primer viaje oficial a EE.UU. como presidenta y después de que Obama visitara Brasil en marzo de 2011, Rousseff quiso destacar que la relación entre ambos países “nunca ha sido más fuerte” y abogó por reforzarla todavía más.

 

“Hemos hecho enormes progresos desde nuestro último encuentro en la relación bilateral”, subrayó por su parte Obama, que elogió el “liderazgo” tanto de Rousseff como de su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, para “sacar a millones de la pobreza” en Brasil y convertir a su país en una voz “líder” en la región y en el mundo.

 

La creación de un comité de cooperación en asuntos de defensa supone la mayor colaboración de los últimos 35 años en esta materia, según destacó la Casa Blanca.

 

La primera reunión de ese comité se celebrará el próximo 24 de abril en Brasil y en ella participarán el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, y su par de Brasil, Celso Amorim.

 

Obama y Rousseff también se comprometieron a flexibilizar el sistema de visas entre los dos países, con el objetivo de que cada vez más brasileños puedan entrar como turistas en EU y de que más estadounidenses puedan viajar por negocios a Brasil, convertida en la sexta economía mundial.

 

EU abrirá próximamente dos nuevos consulados en Belo Horizonte y Puerto Alegre, según anunció la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, que adelantó también que visitará Brasil la próxima semana, tras la Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias, Colombia.

 

Más allá de los acuerdos, que incluyen fomentar la inversión de EU en Brasil en materia energética y aprovechar las oportunidades que se abrirán en el país suramericano de cara al Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, Rousseff expresó a Obama su “preocupación” por las políticas monetarias expansivas de los países ricos.

 

Esa política expansiva de EE.UU. y la Unión Europea (UE) “en última instancia conduce a la depreciación de las monedas de los países desarrollados, lo que perjudica el crecimiento de los países emergentes”, sostuvo Rousseff tras su encuentro con Obama.

 

No obstante, elogió el papel desempeñado por los bancos centrales y, en particular, por el Banco Central Europeo (BCE) “para prevenir una crisis de liquidez de proporciones considerables que afectaría negativamente a todos los países”.

 

El Gobierno brasileño ha acusado a EE.UU. y a China de promover una guerra cambiaria para aumentar sus exportaciones, lo que está reduciendo la competitividad de países en desarrollo como Brasil.

 

Obama, por su parte, comentó que habló con Rousseff sobre la Cumbre de las Américas del próximo fin de semana en Cartagena, a la que ambos asistirán, para asegurarse de que están en “estrecha cooperación” en asuntos como la energía limpia, el narcotráfico y la seguridad ciudadana.

 

Los dos mandatarios no revelaron si abordaron el tema de Cuba y su participación en futuras Cumbres de las Américas.

 

Según fuentes oficiales brasileñas, Rousseff quería manifestar hoy a Obama su “convicción”, compartida con la mayoría de los países latinoamericanos, de que la de Cartagena debería ser “la última” cumbre americana “sin Cuba”.

 

Obama tendrá que lidiar en Cartagena con el debate sobre la presencia de Cuba en las próximas Cumbres de las Américas, después de que no se llegara a un consenso para invitar a ese país.

 

Canadá y Estados Unidos han manifestado abiertamente su rechazo a invitar a Cuba a Cartagena, con el argumento de que no cumple con el requisito democrático que los participantes en las Cumbres de las Américas establecieron en 2001.

 

Tampoco hubo mención hoy a Irán, después de que Rousseff cuestionara recientemente las sanciones impuestas a ese país por su programa nuclear y defendidas como efectivas por Obama.