Acostumbrado a partir plaza donde se para y a provocar tumultos, sobre todo de mujeres que se acercan a tomarse la foto, el candidato del PRI se sorprendió en aquella plaza del país donde pocas personas se aproximaban hasta el lugar donde grababa sus spots. “¿Qué está pasando aquí?”, preguntó entre extrañado y molesto Enrique Peña Nieto al terminar la filmación.
El 10 de marzo pasado, antes arrancar campaña, Peña sintió la tibieza de los tabasqueños que, contra su fama de escandalosos y bullangueros, le hicieron poca fiesta al candidato priista mientras grababa sus comerciales en locaciones abiertas como la Plaza de Armas o el parque Tomás Garrido Canabal.
Pero sí eso le extrañó al abanderado del PRI , las cosas tomaron nivel de alarma cuando, el 23 de marzo Peña regresó a Villahermosa para asistir a la reunión de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) donde el recibimiento de los constructores del país fue más bien frío.
Dos o tres aplausos forzados durante su discurso y el aplauso final que tuvo que ser solicitado por el moderador del evento Federico Reyes Heroles, confirmaron que aquel auditorio, que agrupa a importantes firmas constructoras del país, recibía al candidato puntero en las encuestas con escepticismo y trato distante. La situación fue tan incómoda y evidente, que el propio Peña pidió a su equipo de campaña un diagnóstico urgente de qué pasaba en Tabasco.
La respuesta de los estrategas peñistas fue clara: las divisiones del priismo tabasqueño, tras la designación de Jesús Alí como candidato a gobernador, le trasladaban el costo al candidato presidencial. La oficina de Luis Videgaray buscó soluciones y por esos días llegaron a sondear la posibilidad de sustituir al candidato Alí con Luis Felipe Graham, ex contendiente por la nominación. Al final todo quedó análisis de escenarios y Peña respaldó a Jesús Alí con quien grabó incluso spots levantándole el brazo en señal de victoria.
Pero la incomodidad que percibió Enrique Peña en Tabasco es real y tiene que ver con la contienda local. Hay encuestas de Consulta Mitowsky y otras firmas que han hecho sondeos internos para el PRI que ya colocan arriba al candidato del PRD-PT-Convergencia Arturo Núñez Jiménez, con una ventaja de entre 4 y 8 puntos porcentuales sobre el priista Jesús Alí.
En el CEN priista y en la campaña de Peña reconocen un “empate técnico”, aunque afirman que su candidato Alí adelanta con 2 puntos porcentuales sobre Arturo Núñez. También en la contienda presidencial hay encuestas que arrojan que en el estado la preferencia electoral mayoritaria es para Andrés Manuel López Obrador que supera por más de 10 puntos a Peña Nieto en intención del voto de los tabasqueños.
La fractura que sufrió el priismo tabasqueño no fue bien valorada desde el centro y ahora le puede costar al PRI una gubernatura que históricamente nunca perdió y que, incluso cuando Ernesto Zedillo había negociado dársela al PRD en concertacesión, la rebelión del PRI de Tabasco, con Roberto Madrazo a la cabeza se lo impidió. Esta vez la rebelión fue silenciosa y Núñez y Andrés Manuel pueden hacerse de la gubernatura tabasqueña con el voto de los priistas.
NOTAS INDISCRETAS… A propósito del PRI, hoy hay una encerrona de varias horas entre la dirigencia de ese partido y los candidatos a diputados y senadores de todo el país. En un salón de Polanco el dirigente Pedro Joaquín Coldwell y la secretaria general Cristina Díaz sentarán en la mesa a sus abanderados de los 300 distritos y los 32 estados, además de los plurinominales, para leerles la cartilla en varios temas: líneas generales de campaña, topes de gasto, políticas de comunicación, entre otras cosas. La instrucción general, adelantan, es que cada campaña debe estar integrada a la del candidato presidencial porque la prioridad del PRI es “volver a Los Pinos”…Se detienen los dados. Escalera.
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