Los abucheos contra Manuel Bartlett apenas dejaban escuchar las palabras de bienvenida que el ex priista dirigió al candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. “¡Ratero!, ¡Que se baje!”, eran algunos de los reclamos que se escuchaban entre los casi 5 mil asistentes que abarrotaron la plaza principal de Cholula, Puebla.
“Aquí está una prueba de lo que en Puebla tiene López Obrador. Estamos aquí poblanos convencidos y conscientes de la renovación nacional de este país que está dirigiendo nuestro candidato López Obrador“, dijo Bartlett.
El tabasqueño sonreía, escuchando atento el saludo mientras a lo lejos, una fotografía del ex gobernador de Puebla acompañado de Carlos Salinas de Gortari despuntaba entre la multitud. López Obrador agradeció así el gesto de Bartlett, al mismo tiempo que reconocía la inclusión de priistas y panistas al proyecto de nación que defiende el Movimiento Progresista.
“Algunos se desilusionaron porque estaba fincada la esperanza en el triunfo de 2006, pero quienes se separaron en 2006 ya se están incorporando otra vez y mucha gente del PRI y del PAN se está incorporando y son bienvenidos. ¡Ahora participa más gente que en 2006, por eso sostengo que vamos a volver a ganar la presidencia!”, remató.
“Queremos un cambio en la política económica que no ha funcionado y un cambio también en la forma de hacer política, ya no con un político prepotente, fantoche, mediocre, ladrón, sino con cambio en lo social, una convivencia más justa, más humana, más igualitaria”, agregaría el tabasqueño.
Durante su discurso se comprometió a que no actuará de forma autoritaria y respetará la pluralidad de ideas, aunque dejó en claro su intención de acabar con los “cacicazgos” que permiten la reproducción de un régimen basado en la corrupción, tal como ejemplificó con la concesión del 25% del territorio nacional que los gobiernos neoliberales han otorgado a empresas mineras del extranjero.
“Vamos a respetar a todos y aquí subrayo, cuando hablo de respetar a todos estoy diciendo que no va a haber actos autoritarios, no vamos a imponer nada. Todo con la razón, nada con la fuerza”, dijo.
“No se van a permitir los cacicazgos, que quede muy claro esto. Ya no habrán caciques sindicales, que hagan lo que les da la gana y pisoteen los derechos de los ciudadanos”, manifestó en referencia a la líder del magisterio, Elba Esther Gordillo.
Negros nubarrones amenazaban con dejar caer un aguacero. Banderas amarillas y naranjas se improvisaban como paraguas con la llegada de las primeras gotas. López Obrador ganaba una nueva partida al clima mientras terminaba de entonar el himno nacional acompañado de Bartlett, a quien todavía persiguen los fantasmas de 1988.
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