De cara al proceso comicial de julio, la Arquidiócesis Primada de México llamó a consolidar la democracia e instó a los estados de la República a superar la manipulación de los gobernadores sobre los institutos electorales ciudadanos.
También indicó que es necesario que no se manipule el proceso mediante el uso indebido de recursos públicos, que los partidos no caigan en la tentación de financiamientos ilegales para sus campañas y sepan manejarse con apego a los presupuestos y reglas vigentes.
En su editorial del semanario católico “Desde la Fe”, el arzobispado explicó que “consolidar la democracia supone avanzar hacia una sociedad que supere la corrupción que por años ha doblegado al sistema político mexicano”, como sucede con pactos indebidos en detrimento del verdadero desarrollo social.
“Doce años de alternancia deben llegar todavía a una prueba importante: no regresar a los vicios del pasado que anulan la verdadera participación ciudadana, al dejar todo en manos de grupos de poder político, mediático o delincuencial”, enfatizó.
En este contexto, la Arquidiócesis aprovecho para llamar a los ciudadanos, en particular a los católicos, a que ejerzan la ética que comienza con la participación.
Los exhortó a informarse respecto a los candidatos, sus propuestas y tomar decisiones de acuerdo a los propios principios, en coherencia con la propuesta de los valores e ideales del Evangelio sobre la dignidad de la vida humana y su desarrollo en la justicia social.
Tras dejar claro que la Iglesia Católica permanece respetuosa del proceso electoral, la Arquidiócesis insistió a la ciudadanía a que tome su propia responsabilidad.
En el texto se anunció que en la Asamblea General Ordinaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que iniciará el lunes 16 de abril, los obispos recibirán a los cuatro candidatos a la Presidencia para manifestarles las preocupaciones de la Iglesia Católica en el camino de la consolidación democrática en México.
Por otro lado, durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera Carrera se refirió a la importancia del perdón, del que aclaró que no anula las objetivas exigencias de la justicia, sino que va más allá.
“La justicia rectamente entendida constituye, por decirlo así, las finalidad del perdón. En ningún caso del mensaje evangélico, el perdón y ni siquiera la misericordia como su fuente, significan indulgencia para con el mal, el escándalo, la injuria o el ultraje cometido”, explicó.
En todo caso, añadió el cardenal Rivera durante su homilía, la reparación del mal y del escándalo, el resarcimiento por la injuria, la satisfacción del ultraje son condición del perdón.