El Papa Benedicto XVI reconoció hoy que afronta el “último tramo” de su vida e ignora qué le deparará el futuro, durante el sermón de una misa celebrada en El Vaticano con motivo de su cumpleaños número 85.

 

Ante una delegación compuesta por personalidades de su natal Alemania, el líder católico dijo contar con una sola certeza que le ayuda a proseguir con seguridad: la bondad de Dios es más fuerte de cualquier mal existente.

 

“Me encuentro ante el último tramo del recorrido de mi vida y no sé qué me espera. Pero sé que la luz de Dios existe, que él ha resucitado, que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad, que la bondad de Dios es más fuerte que cualquier mal de este mundo”, advirtió.

 

El pontífice reflexionó sobre la esperanza en un discurso improvisado en su lengua madre y que fue seguido por varios obispos alemanes así como por una delegación de la sureña región teutona de Baviera, encabezada por su presidente, Horst Seehofer.

 

Apuntó que la garantía del poder de Dios sobre la humanidad ayuda a seguir adelante. “En esta hora agradezco de corazón a todos aquellos que continuamente me hacen percibir el sí de Dios a través de su fe”, sostuvo en la celebración que tuvo lugar en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico.

 

“La vida se vuelve un verdadero regalo si junto a ella se puede donar también una promesa que es más fuerte de cualquier desventura que nos pueda amenazar, si ella viene inmersa de una fuerza que garantiza que sea un bien ser un hombre”, indicó.

 

“Pertenecer a la gran familia de Dios, a través del bautismo, es más fuerte que todas las fuerzas negativas que nos amenazan”, apuntó.