La entrega del anillo de compromiso puede quedar en los libros de historia como una práctica que se realizaba en México para sellar una relación amorosa con el matrimonio, hasta antes de que los metales preciosos comenzaran a desaparecer.

 

La industria de la joyería y platería ha sufrido los tres últimos años bajas ventas, el cierre incuantificable de talleres y una crisis por el encarecimiento de las materias primas como oro, plata y otros metales.

 

Los países al adquirir grandes cantidades de oro como reserva de sus bancos centrales provocan volatilidad y alzas del precio, que van desde los 10 pesos hasta 30 mil pesos en un día, aseguró Clever Meyer, director Ejecutivo de la Cámara Nacional de la Industria de Platería y Joyería (CANAIPJ).

 

El empresario señaló que en 2002, el kilogramo del oro se comercializaba en 100 mil pesos, pero el año pasado tocó un máximo histórico de 803 mil pesos.

 

A los fabricantes de joyería en el territorio nacional se les dificulta trabajar cuando menos dos meses con ese precio. Y ya se registró una merma en las ventas de anillos de compromiso, aretes, arras, gargantillas y otros productos joyeros, aclaró.

 

“La industria está en crisis por la desconfianza de los inversionistas sobre el papel moneda, ya que convierten al oro en un respaldo y un blindaje para que hacer frente a los problemas financieros del mundo”, manifestó a 24 HORAS.

 

Sin embargo, no es la primera vez que se reportan las fuertes alzas de los precios internacionales de los metales, en especial el oro.

 

De hecho, con la nacionalización de la banca en 1982 se dio. En ese entonces el sector económico quedó congelado y sin producir joyas, recordó el dirigente.

 

La industria también sufrió de la volatilidad en la cotización del metal en 1987, 1994 y 2009, la cuales se lograron revertir y sortear conforme pasaron los años.

 

Pero los elevados precios de este momento son una gran complicación para el 85% de los agremiados, que no les conviene trabajar con los metales preciosos y ahora prefieren el chapeado, añadió.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al 2009 en la República Mexicana operaban dos mil 143 establecimientos dedicados a la elaboración de productos de orfebrería y joyería de oro y plata.

 

En las pequeñas y medianas empresas trabajaban 10 mil 468 personas, aplicando técnicas artesanales o industrializadas para la elaboración de joyas.

 

El responsable de la Cámara dijo que actualmente trabajan a 25% de la capacidad instalada de un 100%, debido a la inseguridad en el país, los conflictos en Oriente Medio, así como por el alto déficit fiscal en la Unión Europea y Estados Unidos.

 

Anticipó que este año el mercado no se regularizará, porque hay incertidumbre en el entorno político y económico mundial.

 

El representante de los joyeros advirtió que no pueden viajar ni trabajar por la violencia en entidades como: Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Michoacán.

 

“El mercado viene decreciendo. En los últimos tres años han caído las ventas y cientos de talleres cierren y terminan con un trayectoria con más de 50 años de antigüedad”, puntualizó.

 

Por ejemplo, las compras de arras, anillos y otros productos han disminuido por los altos precios del oro, prueba de ello son los centros joyeros sin clientes, detalló.

 

Cada mes se venden aproximadamente cinco anillos de compromiso, comentó Ana Laura Díaz, gerente y propietaria de un establecimiento en uno de los Centros Joyeros del Distrito Federal.

 

La empresaria recordó que ha disminuido el entusiasmo entre los clientes en adquirir joyas de metales preciosos.

 

“En el último año se registró un alza en el precio de los productos comercializados en estos establecimientos, por lo cual ahora buscan más productos de chapa”.