Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) representan en la economía lo que las clases medias en la sociedad: una mejor distribución de las oportunidades para generar la riqueza y la estandarización de factores culturales y políticos que favorecen el desarrollo de una buena calidad de vida entre la población.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y la Secretaría de Economía (SE), las Pymes ocupan en México alrededor de 99% de la planta empresarial, proveen más de 80% de empleos y generan por arriba de 50% del Producto Interno Bruto (PIB).

 

Las empresas de cualquier tamaño son unidades económicas organizadas con base en capitales humanos y materiales para producir bienes o servicios, competir con ellos en el mercado y generar plusvalía. Una de las diferencias entre las grandes empresas y las Pymes son precisamente las dimensiones de su base económico-financiera y de su producción. Las segundas se instauran con el capital material aportado por dos o tres socios y su planta laboral se integra con un número entre 10 y 250 trabajadores o empleados.

 

Al estar inmersas en una dinámica de competencia muy intensa, las Pymes requieren de un constante consumo de tecnología. Esto quiere decir que en su seno es donde mayormente se da el fenómeno que combina lo más avanzado de los capitales humanos, también llamado talento y que se construye en los laboratorios y las aulas de las instituciones universitarias y tecnológicas, con los productos tecnológicos más avanzados, o lo que algunos llaman investigaciónaplicada. Esta vinculación de talento, conocimiento, necesidades y soluciones se conoce como innovación y es justamente en las empresas donde se da.

 

Sin embargo, las Pymes viven al día y están sometidas a una intensa competitividad, por lo que necesitan innovar constantemente sus procesos y productos para mantenerse competitivas. El problema surge cuando se enfrentan a la cuestión costo-beneficio respecto del consumo de tecnología. Sin este factor, no podrán ser más competitivas ni consolidarse.

 

Los países desarrollados disponen de centros en los que conjugan la investigación científica con el desarrollo empresarial, y lo hacen identificando, primero, los llamados nichos de oportunidad a los que les van a apostar para competir en la economía global. El más famoso ejemplo de esto es SiliconValley, en California.

 

En naciones en desarrollo, como Brasil, Rusia, India y China (BRIC), también se realiza esta búsqueda de oportunidades. En Brasil, por ejemplo, desde los años 60 del siglo pasado las autoridades de economía e industria definieron que había oportunidades de competencia en la fabricación de aviones o en el desarrollo de tecnología para perforación de pozos petrolíferos. Hoy, Airbras es mundialmente competitiva y Petrobras tiene oficinas en China.

 

Como en todo el mundo, en México, las Pymes enfrentan un problema en común: no pueden distraer su escaso capital financiero para destinarlo a sus urgentes necesidades de innovación y caen en un círculo vicioso.

 

Con esto en mente, diversas instituciones empresariales, académicas y de gobierno articulan programas de vinculación, mediante becas de estancias en la cuales las Pymes reciben, sin gastar un centavo, el talento transformador de miles de estudiantes universitarios. Todo lo que el empresario debe hacer es inscribir su proyecto de innovación en la liga: http://www.foroconsultivo.org.mx/veranos2012/

 

Como dicen en la tele: ¡llame ya!

 

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