El hombre es incapaz de producir sismos de gran magnitud, aseguró Carlos Valdez, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN). La técnica utilizada para la extracción de petróleo y gas produce “sismicidad inducida” de baja intensidad, explicó.
Un informe reciente que será presentado durante la reunión anual de la Sociedad Sismológica de Estados Unidos, apunta que se ha registrado un aumento de la actividad sísmica en la zona central de Estados Unidos, relacionada con el uso del llamado método de fracturación hidraúlica o “fracking”, que consiste en hacer perforaciones en el subsuelo para inyectar fluidos que permitan liberar gas natural o petróleo.
“Lo que ellos comentan son pequeños fracturamientos, que es lo que hace que la magnitud de lo que se llama ´sismicidad inducida´ sea muy baja, pero producir sismos de gran magnitud nunca. No está en la capacidad del ser humano”, señaló el especialista.
Se trata de “pequeños” sismos, de baja intensidad no mayores a dos grados Richter, que sólo son percibidos sentidos por personas que se encuentran cerca de los pozos de explotación.
“Producir un sismo de 5 grados en la escala de Richter requiere la energía equivalente a la liberada por las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki”, dijo al referir que los temblores ocurridos recientemente en México de ninguna manera podrían vincularse a la actividad del hombre.
En el mismo sentido, Benjamín Huerta Garnica, de Evaluación de Riesgos Naturales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que no hay estudio o indicio al respecto, las placas tectónicas son muy pesadas por lo que se necesitaría una fuerza mucho mayor a cualquiera existente para provocar este tipo de movimientos.
Los sismos se producen por la fricción entre placas tectónicas, cuando se producen los temblores, es porque se rompe una placa. “No creo que la extracción de gas en zonas locales pueda ocasionar que se permita el desplazamiento de las placas y contribuya a los terremotos que se han suscitado”.
La energía que se libera en los sismos si uno lo mide es muchísima, lo que pasa es que está repartida en toda un área de ruptura, en teoría tendría que ponerse bombas muy grandes para lograr un movimiento de esta naturaleza.
De acuerdo con el extracto de la investigación realizada por científicos del Servicio Sismológico de Estados Unidos (USGS), se ha observado “un aumento notable en el índice (de la magnitud 3.0)” en la zona central del país norteamericano.
“El estudio encontró que la frecuencia de los sismos comenzó a aumentar en 2001 a través de un amplia área del país entre Alabama y Montana. En el 2009, hubo 50 temblores mayores a la magnitud 3.0″, indica el extracto, que agrega que “(…) los 134 terremotos en la zona el año pasado han aumentado en seis veces respecto a los niveles del siglo XX”.
El incremento estaría relacionado con la fracturación hidraúlica y la reinyección de aguas residuales o servidas en las profundidades.