PARÍS. La victoria el domingo en primera vuelta de las presidenciales francesas no garantiza a Nicolas Sarkozy renovar su mandato como jefe de Estado, pero perderla le deja casi sin opciones de victoria en la segunda ronda, según varios expertos.
“En caso de quedar segundo en la primera vuelta hay un gran riesgo de que su electorado deje de creer en la victoria y que se desmovilice”, aseguró el politólogo Éric Bonnet, del instituto CSA.
Sus estudios de opinión revelan que el candidato socialista, François Hollande, el principal rival de Sarkozy, cuenta con una gran ventaja electoral en la segunda vuelta, pero no dan por perdido al presidente saliente.
Aunque puntualiza que las opciones de Sarkozy pasan por lograr una confortable ventaja en el sufragio del próximo domingo, opinión que también comparte el presidente del Centro de Estudios y del Conocimiento de la Opinión Pública (CECOP), Jérôme Jaffré.
Sarkozy apareció algo fatigado por la larga campaña, admitió la posibilidad de que haya una decepción e incluso deseó “ánimo” a su rival socialista.
Consciente de que los sondeos le son favorables, Hollande insistió en el mensaje del voto útil para ganar la primera vuelta y acabar así con las opciones de remontada de su rival.
Si esta se produjera, Sarkozy podría recobrar opciones de triunfo, porque recuperaría más votos que en la primera vuelta irían a la ultraderechista Marine Le Pen o al centrista François Bayrou, indican los expertos.
Es un escenario que actualmente no reflejan las encuestas, que señalan que sólo uno de cada cuatro electores de Bayrou y la mitad de los de Le Pen tienen previsto votar a Sarkozy en la segunda vuelta.
El candidato socialista se llevaría una quinta parte de los votos del centrista y la práctica totalidad de los del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que disputa a Le Pen el tercer puesto en la primera vuelta.
Emmanuel Rivière, del instituto Sofres, considera “muy poco probable” la victoria de Sarkozy.
Las cosas pueden cambiar si Sarkozy gana ampliamente la primera vuelta y, para la segunda, recibe el apoyo de Bayrou, al que los sondeos otorgan en torno al 10% de los votos, según Bonnet.
Jaffré dibuja el escenario que necesita Sarkozy para ganar: “Que Mélenchon se sitúe en torno al 17 % en la primera vuelta y Le Pen baje al 12 %”.
Eso significaría que los electores flotantes de la izquierda no apostarían por Hollande y los de la derecha se decantarían por Sarkozy, que recobraría esperanzas y alarmaría al electorado con el fantasma de la extrema izquierda que representa Mélenchon.
Bonnet agrega que, tras la primera vuelta, Sarkozy debe esforzarse en subrayar el carácter izquierdista de su rival, para movilizar a su favor al electorado de Le Pen y de Bayrou.