EL CAIRO.- El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, se reunió hoy con una delegación del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), para tratar el plan de paz para Siria y el despliegue de observadores.
Sobre la mesa, el máximo responsable de la organización panárabe y el principal grupo opositor en el exilio discutieron las vías para garantizar el respeto total del alto el fuego, uno de los seis puntos incluidos en el plan de paz diseñado por el enviado especial de la ONU y la Liga, Kofi Annan.
“El plan de Annan aún no ha empezado y solo se van a percibir sus resultados fructíferos después de que los observadores de la ONU consigan comprobar el cese completo del fuego”, subrayó Al Arabi en la sede de la organización en El Cairo.
Basma Qadmani, portavoz del CNS, pidió, por su parte, que la Liga Árabe y los observadores internacionales se coordinen para supervisar juntos la aplicación del plan de Annan.
La oposición siria está dispuesta a colaborar con esta misión para que tenga éxito, afirmó Qadmani, quien consideró insuficiente la cifra de observadores aprobada este sábado por el Consejo de Seguridad.
“Enviar 300 observadores no es suficiente. Hay que tener 3.000 sobre el terreno para evitar maniobras del régimen sirio y garantizar que ese plan vaya por el camino recto”, resaltó el portavoz.
Pese a que una primera avanzadilla de observadores se halla ya en territorio sirio, la violencia no ha cesado en el país, donde al menos 13 personas perdieron la vida este domingo, según denuncias de la oposición.
Las zonas más castigadas fueron Yabal al Zauya, en la provincia septentrional de Idleb, y poblaciones de la periferia de Damasco, en especial Duma, que sufrió esta madrugada nuevos bombardeos.
Los grupos opositores denunciaron, asimismo, que las fuerzas de seguridad bloquearon a un grupo de personas que pretendían manifestarse en la localidad central de Hama y dispararon contra ellos para evitar que se acercaran al equipo de observadores que visitó la ciudad.
En este contexto de violencia, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe volvió a pedir este domingo al régimen de Damasco que renuncie al uso de armamento pesado y que lo retire de las poblaciones.
Según datos de la propia ONU, cerca de 10 mil personas ha perdido la vida en Siria desde que en marzo de 2011 estallaran una serie de protesta populares en demanda de reformas, que fueron reprimidas por el régimen con extrema violencia.
La oposición eleva a 13 mil la cifra de muertos y denuncia, además, que otras 10 mil personas están desaparecidas y más de 80 mil han sido arrestadas.
La ONU cifra, además, en 230 mil los desplazados internos por el conflicto y en más de 60 mil los que se han refugiado en los países limítrofes, como Turquía, además de que alrededor de un millón necesitan asistencia humanitaria.