Una de las principales líneas de investigación de la Procuraduría General de justicia del Distrito Federal (PGJDF) respecto al homicidio del general Mario Arturo Acosta Chaparro Escapite, apunta a que los hechos habrían sido planificados, organizados y ejecutados por miembros de la delincuencia organizada.
Autoridades de la dependencia capitalina informaron a 24 HORAS que el Ministerio Público construye esta hipótesis a partir del modus operandi con el que se cometió el crimen, del antecedente de un atentado de similares circunstancias en el 2010 y del propio historial de la víctima, quien había sido vinculado con el narcotráfico.
En la PGJDF revelaron que fue el propio Acosta Chaparro quien obstaculizó la indagatoria del atentado que sufrió hace dos años, al negarse a declarar en torno a lo sucedido, lo que provocó que la indagatoria tuviera que ser enviada al archivo.
Una vez concluida la primera fase de las indagatoria relacionada con el homicidio, por el cual se inició la averiguación previa FMH/MH1/T2/140/12-04, se enviará un desglose a la Procuraduría General de la República (PGR),quien luego definirá si atrae formalmente la investigación.
El general Acosta Chaparro, de 71 años de edad, fue asesinado la tarde del viernes pasado en el exterior del taller mecánico denominado “Servicio Europeo”, ubicado en el número 194 de la calle Lago Trasimeno, casi esquina con Lago Como, en la colonia Anáhuac.
Declaraciones de testigos y las imágenes de una cámara de seguridad pública, permitieron establecer que un joven de aproximadamente 25 años de edad y tez morena, se aproximó directamente al general cuando dialogaba con otra persona, y sin mas le disparó en tres ocasiones en la cabeza.
Un cómplice del homicida, lo esperaba en una motocicleta con el motor encendido a unos metros del lugar de los hechos. Ambos se dieron a la fuga.
Para la Fiscalía de Homicidios de la PGJDF la forma en que se dio la ejecución evidencia una planeación previa del asesinato, por lo que se presume que los dos sujetos que intervinieron son únicamente los autores materiales del crimen, el cual habría sido ordenado por alguien más. Ya fueron descartados otros móviles como el robo o el secuestro.
El antecedente directo a este caso fue un primer atentado que el general retirado sufrió el 19 de mayo del 2010, cerca de su domicilio en la calle de Sinaloa, colonia Roma, de la delegación Cuauhtémoc.
Un sujeto le disparó a Chaparro en el tórax y posteriormente se dio a la fuga. El general consiguió llegar manejando al Hospital Militar, donde estuvo internado por varias semanas.
Luego de que se desestimó que fuera un asalto, el Ministerio Público intentó tomar la declaración de la víctima, pero esta se negó reiteradamente.
“Luego de que se le dio de alta del hospital intentamos declararlo pero se negó, dijo que ya no quería que se indagara nada del asunto y tuvo que mandarse a la reserva la investigación; al parecer la víctima no deseaba que se supieran los motivos de la agresión”, dijo una autoridad cercana a la indagatoria.
La Policía de Investigación también ha tomado en cuenta el perfil de Acosta Chaparro, originario de Chihuahua, y quien durante la última década fue señalado por sus nexos con el Cártel de Juárez, organización a la que presuntamente brindó protección en algunas oportunidades.
En el 2000 fue consignado por sus vínculos con el narcotráfico y en el 2002 recibió una sentencia de 16 años de prisión de parte del Consejo de Guerra militar. No obstante, en el 2005 un Tribunal Federal anuló la condena y para el 2007 quedó exonerado.
En general cobró notoriedad desde muchos años antes, cuando se le relacionó con la llamada “Guerra Sucia” de la década de los 70 y 80, en los cuales persiguió a integrantes de supuestos grupos paramilitares.
Para la PGJDF, el perfil de la víctima y las circunstancias en que ocurrió el homicidio y el atentado del 2010, son determinantes para establecer como principal línea de investigación la relacionada con la delincuencia organizada, aunque no se ha definido algún grupo en específico.
En este contexto, la Fiscalía indaga si la victima había recibido amenaza recientemente, aunque según lo dicho por sus allegados, era muy reservado respecto a este tipo de información.
De manera paralela, la Procuraduría continúa con la elaboración de al menos un retrato hablado del autor material del crimen del general, a partir de los datos proporcionados por los testigo del crimen.
Narco sí ejecuta en el DF
Si bien las autoridades capitalinas han desestimado que los cárteles del narcotráfico operen a gran escala en la capital del país, las organizaciones delictivas han conseguido con éxito llevar a cabo ejecuciones selectivas en la Ciudad de México, han tenido que reconocer las autoridades posteriormente.
Entre estos casos figuran por ejemplo los crímenes de dos testigos protegidos de la PGR, Edgar Bayardo del Villar, quien fue acribillado dentro de una cafetería en la colonia Del Valle en el 2008, así como Javier Sandoval Imperial, baleado apenas en diciembre pasado en la colonia Narvarte.
Otro caso destacado fue el del comerciante David Valencia Ramírez, con presuntos nexos con la delincuencia organizada, y quien fue asesinado a tiros el 30 de marzo del 2011 en el mismo interior de la cafetería del Hospital Ángeles.