WASHINGTON El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, afianzó esta noche su posición como nominado republicano a la presidencia, luego de obtener triunfos sucesivos en una jornada de primarias en el noreste de Estados Unidos.

 

Romney habría ganado en las elecciones primarias de Connecticut, Delaware, Rhode Island, Nueva York y Pensilvania, según medios locales, un resultado que su campaña busca marcar como virtual fin de la puja por la candidatura republicana a la Casa Blanca.

 

Según datos difundidos por la cadena CNN, Romney tendría a su favor 67% de los votos en Connecticut, 56 por ciento en Delaware, 63% en Rhode Island, 56% de Nueva York y 57% en Pensilvania.

 

“Después de 43 primarias y asambleas, de largos días y noches, me han dado un gran honor y responsabilidad, y juntos vamos a ganar el 6 de noviembre”, proclamó ante sus simpatizantes reunidos en el estado de Nueva Hampshire.

 

Romney aprovechó el acto para declarar un fracaso la presidencia del presidente Barack Obama, quien aspira a la reelección, y cuyo nombre fue abucheado al ser pronunciado desde la tribuna.

 

La campaña del político mormón develó su nuevo eslogan: “Un mejor Estados Unidos empieza esta noche”, que se espera sea su himno de batalla en los próximos meses conforme centra sus ataques contra el presidente estadunidense.

 

Aunque estimaciones de los medios electrónicos consideran insuperable la ventaja de Romney en el conteo de los delegados electorales, ni Newt Gingrich ni Ron Paul han abandonado formalmente la carrera presidencial, aunque su permanencia es simbólica.

 

Romney requiere sumar mil 144 delegados para asegurar la candidatura, y llegó a las primarias de esta noche con casi 700.

 

Las cifras de Gingrich y Paul, con 141 y 72 delegados respectivamente, muestran que no tienen una posibilidad realista de ganar.

 

Con su triunfo en los comicios primarias del noreste, la campaña presidencial de Romney tiene planeado celebrar eventos de recaudación de fondos en Nueva York y Nueva Jersey esta semana.

 

En el campo demócrata, el presidente Obama tiene asegurada la nominación presidencial toda vez que no enfrenta competencia interna, por lo que las votaciones de su partido son vistas como un formalismo.