La espera para ver a Pulp en México terminó la noche de este lunes, cuando la banda se entregó a más de 18 mil asistentes, quienes se dieron cita en el Palacio de los Deportes y vivieron 150 minutos que recordarán el resto de sus vidas.
Justamente la velada debía de ser especial, por eso, minutos antes de las 21:00 horas, unas letras dibujadas con un láser verde preguntaron al público: “¿Están listos? ¡Hagan ruido!”, proyectaron un delfín y, posteriormente, la historia se escribió al ritmo de la música.
La oscuridad nunca reinó el Domo de Cobre, pues desde el inicio la escenografía de la banda con su nombre formado por cuatro letras gigantes de color morado y azul, acompañadas de un juego de luces alógenas adornaron la actuación del quinteto británico.
La primer canción “Do you remember the first time?” fue una bomba que hizo explotar de inmediato el fervor de la fanaticada: “Es nuestra primera vez aquí y obvio, como dice la canción recuerden por el resto de sus vidas este momento”, fueron las primeras palabras del cantante Jarvis Cocker.
Estrenarse en el recinto de cobre fue algo que sorprendió al vocalista, quien, ataviado con traje negro, camisa y corbata, comparó la estructura del lugar con el caparazón de una tortuga gigante y así, recordar algunos nombres de las “Tortugas Ninjas”.
“Joyriders”, “Razzmatazz”, “Pencil skirt” y “Something changed”, hicieron su aparición y con ellas la fiesta ya había comenzado. Sin embargo, aún no fluía la adrenalina en los fans, quienes ya preparaban las suelas para bailar.
La banda lo intuyó y no dudó en interpretar “Disco 2000”, una canción que hizo saltar, cantar y gritar a toda una generación que esperó más de 30 años por vivir en directo el tema. Las palmas hicieron vibrar a Cocker, ya que al finalizar su interpretación esbozó una sonrisa que fue apreciada desde los monitores.
“Sorted”, “F.E.L.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E”, “I spy”, “Dishes”, “Lika a friend”, “Babies” y “Underwear”, esta última en la cual fue lanzado un brassier al escenario, continuaron el fervor de Pulp en la capital.
La siguiente pieza literalmente fue un viaje muy fuerte: “This is hardcore”, no sólo despojó al cantante de su saco, sino que hizo que las 18 mil personas perdieran el sentido y se embarcaran en un barco musical que los llevó al éxtasis. Las palmas apenas fueron suficientes para agradecer el frenesí ofrecido por los ingleses.
“Estiren sus manos, quiero sentir su calor”, dijo Jarvis antes de iluminar el escenario con luz magenta y hacer explotar los ánimos de la gente con “Common people”, la cual hizo retroceder en el tiempo a los asistentes que rompieron con el sonido de sus gritos, saltos y palmadas. El momento perfecto para entrar al primer “encore”.
La heroica alineación salió al escenario para volver a encender el recinto de Churubusco al ritmo de “OU”, “Helped the aged” y “Mis-shapes”, que demostraron el poder musical en el resto de la banda integrada por Candida Doyle, Nick Banks, Steve Mackey y Mark Webber, quien tocó estoicamente con una muñeca rota.
La recta final, que despidió en hombros a los originarios de Sheffield, Reino Unido, estuvo protagonizada por “Party hard” y “Little girl (with blue eyes)”, un tema que no tocan en su gira pero que, dada la ocasión, entonaron para agradecer el cariño de la fanaticada mexicana.
Cuando el concierto parecía haber llegado a su fin, la agrupación se juntó para agregar un par de canciones extras: “Live bed show” y “Monday morning”, pusieron la cereza en el pastel y despidieron al quinteto en medio de una gran ovación.
Así, una noche épica en la que desfilaron 24 temas que marcaron a las décadas de los 80 y 90, terminó; el letrero fluorescente de la banda se apagó pero la llama quedara marcada en el corazón de la capital y en el de sus seguidores.