PARÍS. Las sospechas de que Muamar el Gadafi pudo financiar la campaña de Nicolas Sarkozy en 2007 y la reaparición del ex ministro socialista Dominique Strauss-Kahn han sacado los trapos sucios en la campaña presidencial que afronta la recta final ante la segunda vuelta del próximo domingo.
Los partidarios de Sarkozy y del candidato socialista, François Hollande, se lanzaron acusaciones cruzadas con estos dos casos que han desviado la atención de la campaña mientras se celebraban dos grandes mítines en París y en Toulouse.
La web de investigación ediapart.fr publicó este fin de semana un documento en el que un alto responsable de los servicios secretos libios del régimen de Gadafi autorizaba en 2006 el pago de 50 millones de euros a la campaña de Sarkozy del año siguiente.
El propio presidente y candidato a la reelección consideró en la televisión “Canal+” “una infamia” esas acusaciones, mientras que su primer ministro, François Fillon, acusó al medio de comunicación de ser “un laboratorio financiado por los amigos ricos de François Hollande”.
Mientras desde el campo socialista pedían explicaciones al presidente y la apertura de una investigación judicial, los conservadores destacaban la “oportunidad” de que esa acusación haya salido a una semana de la cita electoral y coincidiendo con la reaparición de Strauss-Kahn en la actualidad francesa.
El ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hace poco menos de un año era el favorito de los socialistas para portar la candidatura del partido a la presidencia, acusó a Sarkozy de haber promovido los escándalos que le obligaron a abandonar la vida política.
Así al menos se decía en una supuesta entrevista publicada por el diario británico “The Guardian”, aunque el entorno de Strauss-Kahn puntualizó que son extractos de un libro del periodista estadounidense Edward Epstein y que no se trata de frases textuales.
Acusado de violación por una empleada del hotel Sofitel de Nueva York, Strauss-Kahn pasó varios días arrestado en mayo de 2011 y en la actualidad se encuentra procesado en Francia por proxenetismo, al haber participado en fiestas con prostitutas.
Sarkozy no ha dejado pasar la ocasión de atacar con ironía a los socialistas con el recuerdo de “un referente moral” que “querían llevar hasta la presidencia del país”.
Hollande reiteró que el exministro de Economía “no está en la vida política y no debe volver a ella”.
Pero su presencia parece molesta para la campaña del candidato socialista.
El diputado Julien Dray invitó el sábado a Strauss-Kahn a una fiesta para celebrar su cumpleaños en un bar de París, al que también estaban invitados el director de la campaña de Hollande, Pierre Moscovici, su portavoz, Manuel Valls, y la excandidata Ségolène Royal.
Éstos no estaban alertados de la presencia del ex responsable del FMI y, cuando supieron que se encontraba en el lugar, se marcharon.
“Para mi es una persona indeseable en la campaña”, afirmó Royal, quien agregó que no quiere cruzarse con él “en nombre de la dignidad de las mujeres.