JERUSALÉN Al menos 23 personas murieron, incluidos nueve miembros de una misma familia, durante nuevos actos de violencia en dos provincias, pese a la presencia de 30 observadores de la ONU para supervisar el cese al fuego en vigor desde hace 19 días.

 

Un ataque del ejército sirio lanzó un obús que estalló en una casa de la localidad la provincia de Idleb, noroeste de Siria, causando la muerte de 11 personas, entre ellas nueve miembros de una familia, incluidos cuatro mujeres y dos niños.

 

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), citado por la cadena árabe Al Arabiya, la explosión también causó numerosos heridos, de los cuales varios se encuentran en un estado crítico.

 

Asimismo, 12 soldados sirios murieron este martes en enfrentamientos entre el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) y las tropas del régimen del presidente Bashar al-Assad en la provincia de Deir al Zur, en el noreste de Siria, reportó la oposición.

 

Estos enfrentamientos coinciden con una amplia ofensiva lanzada por las tropas sirias sobre la provincia de Deir al Zur, que según los rebeldes está controlada en un 70 por ciento por el ELS.

 

Más de 34 niños han muerto en Siria desde que entró en vigor el pasado 12 de abril la tregua y pese al despliegue de observadores de las naciones Unidas, según la enviada especial de la ONU para la infancia y conflictos armados, Radhika Coomaraswamy.

 

La violencia no cesa en Siria a pesar del despliegue de una misión de 30 observadores en Siria para verificar el frágil alto al fuego, como parte del plan de paz del enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan.

 

Los observadores desplegados en Siria hasta el momento, ya que se espera la llegada de nuevos expertos hasta alcanzar los 300, aseguraron que el ejército sirio aún tiene armamento pesado en zonas urbanas y que el régimen y la oposición violan el cese al fuego.

 

“Los observadores han visto un número de vehículos blindados, obuses y otros equipamientos militares en muchos lugares”, dijo el subsecretario general de las Naciones Unidas para Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, en conferencia de prensa en Nueva York.