Han pasado ya dos semanas de que ejecutaron al general Mario Arturo Acosta Chaparro y a nadie parece interesarle que se aclare el asesinato del militar retirado ocurrido a plena luz del día en las céntricas calles de Polanco. Las investigaciones, a cargo de la Procuraduría de Justicia del DF se han limitado a analizar los videos de las cámaras de seguridad de las calles en donde fue ultimado por sicarios que huyeron a bordo de una motocicleta; ni la PGR ni las áreas de inteligencia federal han mostrado el más mínimo interés por colaborar en las indagatorias, como si en el fondo nadie quisiera descubrir quién y por qué mataron a Acosta Chaparro.
Más allá de su polémica carrera como militar, participante directo en los movimientos de guerra sucia contra las guerrillas y grupos subversivos en la década de los 70, el general Acosta Chaparro se había convertido en los últimos años en uno de los personajes que más sabían y conocían de las redes del narcotráfico en México. Tras ser exonerado de los cargos de vínculos con el crimen organizado, se le ubicaba como uno de los “enlaces” entre el sistema y los capos de la droga en México con los que, incluso, llegó a reunirse en encuentros clandestinos para “dialogar” sobre temas como un supuesto intento de atentado contra el presidente Calderón.
Acosta Chaparro conocía bien las vinculaciones entre capos y políticos y tenía, de fuentes directas de los jefes de los cárteles, información sobre funcionarios de alto nivel que eran señalados por apoyar a un Cártel en particular. El general, que en algún tiempo, quizás en la época priista fungía como “gozne” entre los jefes del crimen organizado y las áreas de inteligencia militar, se volvió un personaje incómodo para los gobiernos panistas.
Mañana se cumplen dos semanas de que lo asesinaron y, como muchos otros crímenes en México, incluidos los de periodistas o de las decenas de miles de víctimas de la guerra contra el narcotráfico, no parece haber prisa ni mucho interés en que se sepa quién y por qué razón lo asesinaron. Quizás en este caso menos que en otros.
NOTAS INDISCRETAS… Ex presidentes, intelectuales y políticos de varios países que integran el G 20 y el Consejo del Siglo XXI se reúnen este fin de semana en la ciudad para preparar la agenda de la cumbre del Grupo de los 20 que tendrá lugar en Los cabos en junio próximo. Personajes como Felipe González, Fernando Henrique Cardoso, Carlos Fuentes, Ernesto Zedillo, entre otros, deliberarán durante tres días sobre Globalización y Democracia. El viernes este grupo recibe a los cuatro candidatos presidenciales para que expongan sobre el tema. Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, Gabriel Quadri y Josefina Vázquez Mota, desfilarán cada uno ante las personalidades mundiales. El domingo por la mañana, el grupo acudirá a Los Pinos y le entregará sus conclusiones al presidente Felipe Calderón, luego al mediodía darán una conferencia de prensa donde presentarán las conclusiones entre las que se esperan fuertes críticas al trato desigual que organismos financieros e internacionales, léase Banco Mundial, OMC o FMI dan a los países en desarrollo… Cómo cambian los tiempos. En 1988 Manuel Clouthier, candidato del PAN a la Presidencia, quiso asistir al Tecnológico de Monterrey, en la ciudad regia y le fue negado el acceso al campus de esa universidad privada, que se alineaba así con el entonces vigente sistema priista. Ayer, 24 años después, Manuel Clouthier Carrillo, hijo del fallecido Maquío, fue recibido con ovaciones en el TEC de la capital nuevoleonesa. Claro que el padre era un candidato opositor peleando contra el régimen y el hijo es un candidato autonombrado “ciudadano” y al que el IFE y el Tribunal Electoral federal ya le negaron toda posibilidad de registro, pero sin duda que los tiempos han cambiado…Paran los dados. Escalera y cerramos semana.
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