Vamos a suponer que –a pesar del intenso y saludable debate sobre el debate, y de los intentos por reventar la primera de dos confrontaciones–, los cuatro candidatos presidenciales se encuentran, como está previsto, para debatir el domingo próximo a las 20:00 horas.
¿Cuál será la estrategia a seguir por cada uno de los contendientes?
El sentido común dice que a causa de la descomunal distancia que lleva el puntero respecto al segundo y tercer lugar –por no hablar de la cuarta posición–, los tres candidatos rezagados afilan sus lanzas para hacer todo por crucificar al candidato que encabeza las preferencias.
Y sería una estrategia elemental. ¿La razón?. Que los tres rezagados ya probaron todo contra Peña Nieto, en el primer tercio de la contienda formal –tanto para mostrarse como alternativa, como para tumbar a Peña–, y no han conseguido remontar la distancia que los separa del candidato del PRI. Y claro, menos reducir los niveles de aceptación del mexiquense.
Por eso, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, intentarán fusilar a Peña Nieto en la primera edición del debate entre los presidenciables, lo que podría confirmar la primera gran alianza entre la derecha y las izquierdas, para derribar al puntero. Y también por eso la pregunta. ¿Peña Nieto permanecerá en calidad de botarga; aguantará todo lo que le envían sus adversarios, sólo para el lucimiento de la derecha y las izquierdas?
LA BOTARGA CON MISILES.
Lo cierto es que los generales del PRI, y los estrategas de Peña Nieto, llegarán preparados para todo. Bueno, es lo que argumentan. Es decir, que al momento de arrancar el debate, Su candidato subirá al atril que le corresponda, con “parque suficiente” para combatir casi cualquier misil que le envían sus adversarios.
Sin embargo, en general, la estratagema a seguir por Peña Nieto será la misma que ya probó el mexiquense a lo largo del primer tercio de la contienda presidencial; que utilizó incluso para un spot en respuesta a los ataques de sus adversarios, y la misma que, en su momento, utilizó su delfín al gobierno mexiquense, Eruviel Ávila. Es decir, no responder ataques sin fundamento, desmentir las mentiras evidentes y recurrir al “descontón”, sólo cuando sea estrictamente necesario.
Pero en especial se equivocan, de cabo a rabo, aquellos que creen que si Peña Nieto va a seguir la estrategia de no caer en provocaciones, se quedará callado y no responderá los misiles enviados por sus adversarios. No, en realidad los generales y estrategas del mexiquense prepararon cuidadosos “expedientes negros” de cada uno de los candidatos, de tal manera que, si es necesario, Peña Nieto sacará a relucir “los trapitos” de aquel candidato que crea debe ser contenido o debilitado.
Y es que los priistas estudiaron no sólo los debates en los que han participado los adversarios de Peña Nieto, sino que cuentan con elementos suficientes para una eventual guerra de lodo. Sobre todo, pusieron atención en el segundo debate en que participó López Obrador en 2006, cuando “dejó la víbora chillando”, al lanzar al misil Hildebrando.
El golpe –como se recuerda–, fue lanzado casi al final del debate, al grado que el PAN y su candidato, Felipe Calderón, fueron tomados mal parados y casi los envía a la lona. En buena medida se trataba de una intriga que el PAN no supo responder. Por eso los tricolores también diseñaron una salida de emergencia para esos casos.
De la misma manera, Peña Nieto ensaya respuestas para todos los escenarios de guerra posibles; reúne información dura para contrarrestar los ataques de sus adversarios, al tiempo que carga sus alforjas con los “temas calientes”, tanto de AMLO, como de la señora Vázquez Mota y del señor Quadri; material que pudiera no ver la luz nunca o, en su caso, podría tener el mayor peso específico de su participación en el debate.
TODOS CONTRA PEÑA.
Pero acaso lo más llamativo del debate sea esa alianza de facto que ya hoy prefiguran las izquierdas de AMLO y la derecha de la señora Vázquez Mota. Acaso por eso, porque ya es evidente que en el debate las dos corrientes políticas se lanzarán contra Peña Nieto, la candidata de los azules dijo que su partido y sus generales no tienen previsto aliarse con las izquierdas para derrotar al mexiquense.
Lo cierto es que esa alianza –precisamente montada contra Peña Nieto –, existe desde hace por lo menos tres años e hizo posible que juntos, las izquierdas y la derecha, ganaran gobiernos como los de Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Y también para esa eventualidad tiene una salida emergente el PRI. Por lo pronto, el jefe de la campaña de Peña Nieto ya hizo circular la versión de que –según sus encuestas–, la candidata presidencial del PAN ya cayó al tercer lugar, y el aspirante de las izquierdas se ha posicionado en el segundo lugar.
¿Cuál es el objetivo de esa revelación?
Es evidente, el PRI pretende “coagular” la pelea del debate, en una lucha por el segundo lugar. Es decir, que la señora Vázquez Mota también golpee a AMLO y que el tabasqueño distraiga sus misiles en la candidata del PAN. ¿Morderán el anzuelo? ¿Cara o Cruz?.
¿SE ACUERDAN?
Hace seis años, buena parte de la opinión pública convirtió a Felipe Calderón en el triunfador del primer debate presidencial.
Viene a cuenta recordar que en aquella ocasión, sólo cuatro de los cinco candidatos debatieron. Y es que Andrés Manuel López Obrador prefirió no asistir al encuentro.
Al parecer, la victoria en el debate era el empujón que faltaba en la campaña de Calderón. Luego del evento, el candidato modificó su discurso y adoptó uno más combativo y agresivo en contra de López Obrador. Además reestructuró a su equipo de campaña por tercera ocasión y días después repuntó en las encuestas.
Como era de esperarse, los candidatos del PRD y del PRI –López Obrador y Roberto Madrazo–, sintieron el levante de Calderón e incrementaron considerablemente su presencia en medios.
¿Qué podremos esperar del debate y post debate en esta elección?, ¿será que alguno de los tres coleros dará “la sorpresa” como hizo Felipe Calderón?
ricardo.aleman@24-horas.mx | @ricardoalemanmx