La decisión que tomó el Pleno de la Comisión Federal de Competencia de revocar la multa por casi 12 mil millones de pesos impuesta a Telcel hace un año por prácticas monopólicas en telefonía móvil, generará todo tipo de interpretaciones.

 

Por un lado los comisionados argumentaron –con razón- que se logró el compromiso de Telcel de implementar acciones decisivas a favor de la competencia y cuyo cumplimiento se garantiza con la aplicación de un castigo de 8% sobre los ingresos de la empresa de telefonía celular, un monto similar a la multa cancelada.

 

Sin embargo la pregunta que algunos se plantean –también con razón- es si la multa decidida hace un año fue efectivamente una sanción por la recurrencia en las prácticas monopólicas del pasado y que la ley sanciona con claridad; o si fue un acto de simulación de los comisionados para entablar una negociación con la empresa a través de la recusación que presentó. En este sentido, no solo Cofeco será cuestionada en su institucionalidad, sino que las suspicacias crecerán porque a pesar de que el comisionado Presidente, Eduardo Pérez Mota, no participó en la votación, el sentido de la resolución parece abonar a sus críticos quienes le han acusado con insistencia de favorecer a las empresas de Carlos Slim.

 

Ahora sobre la mesa quedan dos decisiones pendientes de alta relevancia: Una es la decisión definitiva de Cofeco sobre la asociación entre Iusacell y Televisa para competir en el mercado de la telefonía móvil y de banda ancha móvil; y la otra es la autorización o negativa del gobierno federal a Telmex para ofrecer televisión a través de su red.

 

La decisión que ayer tomó Cofeco difícilmente se puede separar de éstas dos últimas.

 

SÍGALE LA PISTA…

 

1. LAS CIFRAS HABLAN. Aunque aquí los políticos lancen campanas al vuelo con las inversiones extranjeras (IED) que llegan al país, el asunto –lo hemos dicho aquí en reiteradas ocasiones- no es para festejar, sino para preocuparse. Ayer la CEPAL anunció que en 2011 América Latina captó una cifra récord de inversiones foráneas por 153 mil millones de dólares, 26% más que en 2010. El 43% de ese monto fue a parar a Brasil que captó casi 67 mil millones de dólares, mientras que a México llegaron poco más de 19 mil millones de dólares. El rezago de México es evidente: En los últimos 5 años la IED en México cayó 3%, mientras que en Brasil se incrementó 253%, en Chile, 137%, en Perú, 121% y en Colombia, 98%. Lo demás es palabrería.

 

2. PESIMISMO. Los economistas de BBVA Bancomer se han distinguido en los últimos años por el pesimismo en sus pronósticos económicos. Para 2012 el banco español esperaba 3.3% de crecimiento en el PIB y ayer decidieron elevarlo, de un golpe, a 3.7% después del 4% al primer trimestre dado a conocer por Hacienda. Pero BBVA insiste en que la tendencia es a la baja. Según sus cálculos la economía se desacelerará gradualmente y en el segundo semestre prevén un crecimiento de 3.5% mientras que para 2013 el pronóstico es de 2.9%. Pregunta: ¿Acaso los economistas del BBVA sabrán algo de la economía española que no sabemos aquí y que afectará a México vía EU (lo cual parece razonable), o es puro pesimismo enquistado en las variables de sus modelos econométricos?

 

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