Detroit ha mostrado que tiene manera de competir en el mercado de los vehículos de pasajeros de Estados Unidos, pero ahora necesita demostrar que puede hacerlo de manera rentable.
Los elevados precios de la gasolina y las cambiantes preferencias de los consumidores están alterando de manera fundamental el funcionamiento del negocio automotriz de Estados Unidos.
La tendencia, con décadas de antigüedad, de comprar más vehículos de carga y todoterrenos se ha revertido. En 2005, los autos de pasajeros representaron 46% del mercado de vehículos ligeros, de acuerdo al Departamento de Comercio. En el primer trimestre de 2012, éstos representaron 53% en términos desestacionalizados.
Este es un cambio para el que Ford Motor y General Motors, después de años de menospreciar el mercado de autos pequeños, estuvieron mal preparadas para afrontar al principio. Pero en la actualidad se han estado poniendo al corriente. En ambas empresas, la cuota de mercado en el renglón de las ventas de vehículos ligeros referente a los autos de pasajeros y crossovers –vehículos estilo todo terreno más chicos como el Ford Escape– ha aumentado de manera significativa desde 2005.
Sin embargo, mientras que Ford y GM han mejorado en la venta de vehículos más chicos, aún obtienen más dinero de los vehículos de carga y los deportivo-utilitarios. Ninguna de las empresas revela de manera desglosada sus márgenes de ganancias por tipo de vehículo, pero Chris Ceraso, analista automotriz de Credit Suisse, dijo que hasta ahora la suposición de que las empresas obtienen 9 mil dólares de ganancias antes de impuestos por vehículo ligero, y 3 mil dólares por auto de pasajeros, aún funciona en sus modelos de previsión de ganancias.
No obstante, él considera que están surgiendo señales de cambio.
Efectivamente, ha habido indicios de progresos en ambas empresas a este respecto –más en Ford que en GM. Cuando eso se refleje podría darle un impulso a las ganancias y precios de las acciones de ambas compañías.
Tanto Ford como GM han sido más disciplinadas en el manejo de incentivos a los consumidores, los cuales pueden ser particularmente dañinos para la rentabilidad de los autos chicos que tienen menores precios. Las mejoras de calidad también les han permitido manejar mayores precios en sus ofertas de autos pequeños, algo en lo que Ford ha tenido más éxito que GM hasta la fecha.
Además, Ford está más adelantada en sus esfuerzos por optimizar sus operaciones al desarrollar autos para su venta en Estados Unidos y otros países que comparten conjuntos de partes y componentes. GM parece que emulará a Ford en ese frente.
No sólo es el cambio de preferencias en el consumidor de Estados Unidos lo que hace importante el éxito en los autos de pasajeros. Ya han quedado en el pasado los días en que Detroit podía enfocarse en el mercado doméstico e ignorar al resto del mundo. La industria automotriz crecerá en gigantes emergentes como China, India y Brasil en los próximos años, y sus conductores prefieren los autos chicos.
Además, la creciente presión que ejercerán todos esos autos en la demanda energética global hace que lograr una mejor eficiencia en el consumo de los combustibles sea sumamente importante.
Dado el retraso de GM en este aspecto, probablemente aún sea prematuro esperar que la rentabilidad de los autos de pasajeros influya en sus ingresos cuando reporte sus ganancias. En cualquier caso, los inversionistas estarán más interesados en saber si ha tenido algo de éxito en solventar los problemas que enfrenta en Europa.
En el caso de Ford, automotriz que reportó sus resultados el viernes 27 de abril, las ganancias ya pueden haber empezado. Los inversionistas pisaron el freno en relación a las acciones de Ford después que éstas alcanzaron un máximo de seis meses en enero. Y los indicios de que lo pequeño realmente puede ser bello por sus ganancias podrían darles la razón para pisar de nuevo el acelerador.