Elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México liberaron a 18 migrantes centroamericanos que presuntamente se encontraban secuestrados por el grupo delictivo de Los Zetas, en Piedras Negras, Coahuila.
La liberación de extranjeros indocumentados se llevó a cabo el sábado 5 de mayo, luego de las confesiones de Antonio Camacho Soria y/o Manuel Solís Tlapanco, Toño, y Martín Molina Vázquez, presuntos integrantes de este grupo delictivo.
Este par de sujetos se les aseguraron armas de fuego, dosis de cocaína y mariguana, dinero en efectivo y equipo de comunicación.
De acuerdo con información de la Armada de México, los dos individuos admitieron que en un inmueble del municipio de Piedras Negras tenían escondidos a personas indocumentadas, motivo por el cual una unidad de fuerzas especiales de la Marina se dirigió al domicilio señalado, hallando a 18 personas plagiadas.
Los centroamericanos fueron trasladados y entregados a la Delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), en Piedras Negras.
El total de lo asegurado y puesto a disposición ante el agente del Ministerio Público Federal de Saltillo fueron dos personas, dos vehículos, dos armas automáticas, un arma corta, 148 cartuchos útiles y ocho cargadores para armas de fuego, aproximadamente tres kilogramos de presunta mariguana, 151 dosis de cocaína, alrededor de 45 mil dólares americanos y de 14 mil pesos, así como diversos equipos de comunicación; integrándose la averiguación previa número AP/PGR/COAH/SALT-V/151/CS/12.
Carne de cañón
Informes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) revelan que grupos de centroamericanos indocumentados son obligados por el crimen organizado a participar en actividades criminales y de no hacerlo son ejecutados.
Tan sólo el Informe Especial sobre Secuestro de Migrantes en México refiere que en 2010 fueron secuestrados por lo menos 11 mil 333 ilegales, durante su intento por llegar a la frontera norte.
Los casos más sorprendentes, de secuestros y ejecuciones de migrantes, se registraron ese mismo año. En agosto, 72 migrantes de centro y Sudamérica fueron privados de su libertad en Tamaulipas y llevados a un rancho en San Fernando, donde fueron ejecutados por presuntos miembros de Los Zetas.
Cuatro meses después, en diciembre, la cancillería de El Salvador denunció el secuestro de 50 inmigrantes en Oaxaca. En diciembre también transcendió la desaparición de otros nueve ilegales a manos de un grupo armado.
El lunes 27 de junio de 2011, el sacerdote y director del albergue Hermanos en el camino, Alejandro Solalinde, denunció el secuestro de entre 80 y 100 migrantes en el poblado de Medias Aguas, Veracruz, en su mayoría hondureños, pero también guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.