A partir de hoy el menú del famoso restaurante parisino cuesta 5 euros (90 pesos). En el inmueble se pueden ver dos mantas. La de la parte superior señala que hubo “cambio de propietario” y la otra, en la parte inferior, recuerda a los peatones que “hay un rico bufete para todos”.

 

La anterior, es una de las viñetas que el semanario “Charlie Hebdo” le dedica a François Hollande en la edición que empezó a circular el día de ayer. La bienvenida para el presidente electo.

 

Charlie Hebdo es una publicación famosa por caricaturizar a la atmósfera política. En más de una ocasión las polémicas escalan súbitamente. Simplemente hay que recordar las críticas que le han hecho al islam. Las oficinas del hebdomadario fueron incendiadas hace algunos meses.

 

Lo que no gusta, es muy probable que sea real. En efecto. A la pregunta: ¿Por qué razón no votó por Sarkozy? El 44% de los franceses respondió que Sarkozy ha sido el presidente de los ricos (Libération, 9 de mayo).

 

Una imagen que “perfora” a la memoria, no es fácil de borrar. De ahí que la caricatura de Charlie Hebdo traslade a los lectores cinco años atrás. La noche en que Nicolás Sarkozy ganó las elecciones a la socialista Ségolène Royal, organizó un reventón en el restaurante Fouquet’s. Invitando a sus amigos y a estrellas del espectáculo. Un lugar lujoso pero fuera de época. En la actualidad la edad de sus comensales supera los 50 años.

 

En épocas de crisis económicas, el principal rasgo que un presidente debe tener, es la empatía con la gente. El martes pasado, Hollande asistió, invitado por Sarkozy, a participar en el aniversario del fin de la Segunda Guerra. Al concluir el evento, Hollande se acercó a la gente para saludarla sin mediar metros de distancia. Sarkozy la saludaba pero con los brazos extendidos. Elocuente mensaje que describe personalidades.

 

En su mensaje que Hollande dio en la Bastilla, la noche del domingo, se declaró como el presidente de los jóvenes. Buena lectura la que hizo Hollande, pues el 60% de los jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 18 y 24 años, votaron por él. El único segmento que lo hizo mayoritariamente por Sarkozy, fue el que supera los 65 años. El resto los ganó Hollande.

 

Otro dato, la abstención ocurrió, en mayor medida, en los segmentos juveniles: 34% entre los 18 y 24 años mientras que, solamente el 10% de la gente mayor a 65 años no votó.

 

La personalidad es la segunda causa que detonó el no voto por Sarkozy (entre una parte importante de los que votaron por Hollande). Les estresó y confundió su campaña dirigida a los ultra derechistas, anti europeistas y xenófobos. Una campaña del miedo es un salto al vacío.

 

El 36% de los encuestados detectó que Sarkozy compitió contra Marie Le Pen.

 

El español Felipe González, en alguna de sus tres campañas presidenciales, eligió como lema “España en positivo”. Una frase puede cambiar el sentido de la campaña.

 

La antropología del voto se asimila, simplemente a una realidad poco entendida desde las alturas en las que permanecen una buena cantidad de políticos. Esa altura, durante crisis económicas, se rompe silenciosamente.

 

Dosis de realidad, dirían los consejeros de quienes se entregan a la irrealidad o, si se prefiere, Charlie Hebdo, se encarga de editorializar las fiestas de Sarkozy.

 

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