Desde 1985, cada año se registran en promedio 2.2 millones de nacimientos en el país, sin embargo, la mitad de estos no fueron planeados, principalmente tratándose de adolescentes de 15 a 19 años.
El uso de métodos anticonceptivo -que pasó de 30% en los años 70 a 72.5% en la actualidad, según el INEGI- sin duda alteró de manera radical la dinámica poblacional, pese a ello los factores que inciden en la cifra de embarazos no esperados demuestran que existen pendientes en cuanto al ejercicio pleno del derecho constitucional de las mujeres a decidir el número de hijos que desean tener.
“La mitad de las pacientes que hemos atendido con un embarazo no planeado termina aceptándolo y disfrutándolo; la otra mitad no quieren continuarlo, pero con las restricciones legales que existe sobre la interrupción del embarazo no puede hacer otra cosa más que tenerlo”, afirmó Leopoldo Vázquez, médico gineco-obstetra.
Y si de embarazo se trata, la edad cuenta. “Si es una mujer sana de entre 20 y 35 años no debería tener problemas –en términos de riesgos-, aunque siempre existe una posibilidad. Pero no es lo mismo en los extremos –entre adolescentes o mayores de 35 años-, donde hay más posibilidades de un embarazo de alto riesgo”, apuntó el investigador en biología de la reproducción del Instituto Nacional de Salud Pública.
De acuerdo con cifras del INEGI, en este rango de edad, de 15 a 19 años, la tasa de mortalidad materna es de 46.8 por cada 100 mil nacidos vivos, que se incrementa hasta 121.4 en mujeres de 35 a 39 años.
Aunado a lo anterior, el hecho de que un embarazo no esté planeado retrasa la visitaal médico. Datos de la Secretaría de Salud muestran que sólo cuatro de 10 mujeres acuden a su primera consulta médica durante el primer trimestre, una etapa que es fundamental para prevenir malformaciones congénitas.
Elena Cejudo, internista del Hospital Ángeles, señaló que una tercera parte de las mujeres con enfermedades crónicas como la diabetes, no planean convertirse en mamás a pesar de que deberían hacerlo antes de descubrir que tienen dos meses de gestación.
Las complicaciones que pueden presentarse son la preeclampsia y hemorragias durante el parto, así como problemas cardiovasculares, cerebrales o insuficiencia renal que dañan a la mamá de por vida.
Adolescentes, un caso aparte
El estudio La infancia Cuenta reveló que alrededor de 200 mil adolescentes tuvieron ya por lo menos un hijo, aunque hay entidades donde tienen hasta cuatro antes de los 20 años.
Cifras del INEGI revelan que 61.8% de las jóvenes de entre 15 y 19 años no usó un anticonceptivo en su primera relación sexual. Así, entre 2004 y 2008 al menos 15% de los nacimientos registrados fueron de madres adolescentes.
“La mayoría no lo planeó pero tampoco usaron un método anticonceptivo, a pesar de que sabían que se podían embarazar. Hice un estudio donde les preguntábamos y tenían la información sobre diferentes métodos y cómo usarlos, pero cuando les cuestionamos porque no lo usaron se quedaban calladas”, señaló Leopoldo Vázquez.
El embarazo a su edad genera complicaciones como preeclampsia, hemorragias, anemia, obstrucción del parto e infecciones, que pueden derivar en la muerte materna. La Organización Mundial de la Salud indica que 13% de los fallecimientos son de menores de edad.
“Las adolescentes tienen una falta de visión del futuro, no le ven sentido a estudiar una carrera o conseguir un trabajo si el porvenir es complicado y no hay oportunidades”, aseguró el ginecólogo.
La maternidad a esta edad puede convertirse en una distracción o un obstáculo para seguir con su ritmo de vida, lo que a futuro se traduce en familias disfuncionales e hijos rechazados. En cambio, cuando la mujer es mayor y tiene estabilidad emocional y económica, aunque el embarazo no haya sido planeado el proceso de aceptación es exitoso.