Debido a la deforestación y el cambio climático 68% de los bosques de niebla, ubicados en zonas altas del país, podrían desaparecer hacia el año 2080. Aunado a lo anterior sólo 12% de este tipo de ecosistemas está protegido, por lo que urge extender esta salvaguarda para impedir legalmente su creciente destrucción.
Víctor Hugo Reynoso Rosales, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, indicó que junto con esos ecosistemas, también llamados bosques mesófilos de montaña, podría extinguirse 70% de las especies endémicas de vertebrados que allí viven.
Estos datos son el resultado de un estudio publicado recientemente en la revista Nature Climate Change y realizado durante cuatro años por varios investigadores de la UNAM, así como de otras instituciones de Estados Unidos y Australia. En cuanto a la metodología, esta se basó en modelos de predicción, bases de datos y mapas que combinan matemáticas con datos de biología y climatología.
Al comentar el estudio, Reynoso Rosales indicó que la protección de estos ecosistemas abarca principalmente zonas de Chiapas, pero 88% carece de ella.
Por ello, Reynoso y su alumna de doctorado Rocío Ponce Reyes, actualmente académica de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Queensland, Australia, proponen en su artículo la necesidad de proteger permanentemente la Sierra de Juárez, Oaxaca, un sitio con condiciones naturales semejantes a las de Chiapas, pero que carece de resguardo legal.
La predicción indica que en 2080 quedarán 66 kilómetros cuadrados de bosque de niebla en ese estado, donde actualmente hay cinco mil 160 kilómetros cuadrados. Respecto a la pérdida de especies, se prevé que, de 26, podrían sobrevivir solamente siete vertebrados; entre las muchas que desaparecerían se encuentran las abronias, lagartijas verdes que sólo viven en México y Guatemala.
Se trata de ecosistemas muy dinámicos, sin fronteras arbóreas definidas, como las que generalmente distinguen a bosques y desiertos. “Es uno de los más diversos del país. Se distribuye en las laderas costeras, cerca de la cumbre de las montañas, y genera un sistema de archipiélagos (conjuntos de islas cercanas entre sí), donde no hay flujo de animales entre una de esas porciones de tierra y la otra, lo que deriva en mucho endemismo de reptiles, aves y mamíferos”, detalló Reynoso en entrevista.
El bosque mesófilo incluye plantas y animales de selvas tropicales en elevadas altitudes, y especies de ambientes fríos que migran hacia las partes más bajas en la ladera costera. Es muy lluvioso y frío.