La “estrategia más efectiva” que los gobiernos tienen en contra del tabaquismo son los impuestos, afirmó la Cofemer y por ello propuso aumentar el precio de la cajetilla a 52 pesos, con lo cual –estimó- unos dos millones de fumadores dejarían de serlo.
Al presentar los resultados del estudio Tabaquismo en México: análisis y recomendaciones de mejora reguladora, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) planteó que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicio (IEPS) se duplique de un sólo golpe a 18 pesos por cajetilla, lo que significará un aumento de 37% en el precio al consumidor.
Propuso sumar a esta medida las iniciativas que no se concretaron como parte de la reforma a la Ley General para la Prohibición del Tabaco: limitar en su totalidad la publicidad, establecer espacios libres de humo en todo el país y aumentar el tamaño de los pictogramas en las cajetillas.
Estas últimas medidas están establecidas en el Convenio Marco que firmó México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Se va a insistir. Estudios de este tipo lo que hacen es poner a los legisladores mayor evidencia en la tema de decisiones y poder contrarrestar los argumentos falaces que la industria puede tener al respecto”, aseguró Jesús Felipe González Roldán, director de adicciones de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.
Un mayor impuesto a la cajetilla, para que represente 74% del precio total, y el cumplimiento de las recomendaciones de la OMS servirán para reducir el impacto del tabaquismo en el sector salud.
El año pasado la secretaría destinó 75 mil millones de pesos para atender padecimientos relacionadas con el tabaquismo como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades isquémicas del corazón, cerebro vasculares, así como cáncer de pulmón, tráquea y bronquios.
“Los principales fumadores en este momento son los adolescentes y es donde hay mayor impacto. Aunque en este momento no lo vemos, en el futuro será importante para el Sector Salud”, afirmó Alfonso Carballo, titular de la Cofemer.
De acuerdo con el estudio, incrementar los impuestos no cubrirá necesariamente los costos relacionados con el gasto en salud y la pérdida de productividad, pero podrían servir para reducir el consumo. Estudios de la OMS indican que cada aumento de 10% en el precio implica una reducción en el consumo de hasta 8% entre la población, sobre todo en países con ingresos medios.