Diez días después del debate presidencial y con las encuestas ubicándola en la tercera posición, cerca de Andrés Manuel López Obrador pero muy lejos de Enrique Peña, Josefina Vázquez Mota escucha con mayor frecuencia las palabras declinación y voto útil, aún de quienes forman parte de su equipo.
De acuerdo con Consulta Mitofsky, la panista ha caído 7 puntos entre los electores independientes. A finales de abril, tenía 18% de las preferencias entre este electorado; en la medición reciente, tiene 11%, según la misma casa encuestadora.
A menos de 15 días de que venza el plazo para sustituir libremente a un candidato presidencial, Germán Martínez, un calderonista integrado al “cuarto de guerra” desde que la panista dio el “golpe de timón” a su campaña hace cerca de un mes, dio su primera señal de vida para decir que en los próximos días la candidata recibirá invitaciones a declinar en favor de Andrés Manuel López Obrador para cerrarle el paso al PRI.
En su columna en el periódico Reforma anticipó una embestida para presionarla, pero le pidió resistir porque con AMLO no se debe ir “ni a la esquina”.
Vázquez Mota ha recibido un par de peticiones para hacer una campaña más activa; en sus recorridos, a diferencia del candidato del PRI, no va acompañada de su staff y es raro ver a su coordinador, Roberto Gil, o su coordinadora de comunicación, Irma Pía González Luna, en los recorridos. Los voceros que inicialmente se habían anunciado para la campaña, Juan Marcos Gutiérrez y Augusta Díaz de Rivera, han desaparecido del mapa.
Después de que fuera anunciada la inclusión al “cuarto de guerra” de Santiago Creel y de Ernesto Cordero, sus ex contendientes en la interna, éstos sólo han aparecido ocasionalmente; Creel acompañando a la candidata en algunos eventos y Cordero, en dos conferencias de prensa organizadas para contestar dichos del PRI en materia económica.
En plena campaña electoral, al presidente del partido, Gustavo Madero, pidió su regreso al Senado a cinco días de que terminara el periodo ordinario de Sesiones y no se le ha visto junto a la candidata, más que en estados como Veracruz, en el cual prevalecen conflictos internos del partido.
La candidata suele recorrer el país al lado de su asesor en comunicación Herminio Rebollo, de su coordinador de prensa Víctor Hugo Puente y de el ex conductor de televisión, Jorge Camacho, quien funge como director de ceremonias.
Una fuente recién integrada al “cuarto de guerra” de la candidata aseguró que aún hay tiempo para repuntar, que “una cosa es lo que se dice en la calle” y otra las mediciones que tiene su equipo, consistentes en tres trackings independientes, que los sitúan a 6 y 7 puntos de distancia con el puntero y la misma distancia sobre López Obrador.
A la pregunta de si la candidata declinará, la fuente responde: “ahora menos que nunca” porque, mientras el candidato de la izquierda tiene en 12 años campaña y Peña Nieto cuatro, Josefina tiene apenas unos meses: “Es cuestión de que la conozcan”, dice.
Con menos de 45 días antes de las votaciones el discurso de la candidata se ha endurecido. De aludir a la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo y a los ex gobernadores priistas de dudosa reputación en sus mítines y eventos públicos, pasó a ponerles nombre y apellido.
Pero entre el discurso combativo asoman frases que causan intriga, como la pronunciada en Veracruz, donde dijo “quiero decirle a mi abuelo, que nació en Veracruz, que tiene una nieta que se va a morir en la raya”.
Atrás en las encuestas, con una campaña que no parece prender, no es extraño que a la candidata le pregunten si el presidente está cerca de ella. A Josefina no la ha abandonado el presidente Felipe Calderón, asegura una fuente cercana, lo que sucede es que se ha portado respetuoso” e “institucional.