ATENAS. La inestabilidad política ante la imposibilidad de formar un Gobierno ha provocado que los griegos estén retirando millones de euros de sus cuentas de ahorro y depósitos.
“El estado de los bancos es demasiado difícil. La retirada y salida de fondos hasta las cuatro de la tarde del lunes alcanzaba los 700 millones de euros. En los próximos días, la situación empeorará”, explicó el presidente griego, Karolos Papulias, el martes a los líderes de los partidos políticos durante sus reuniones para formar gobierno.
La emisora Real FM, citando fuentes bancarias renovó la cifra al explicar que hasta el martes, habían sido retirados unos mil millones de euros desde el 7 de mayo, el día siguiente a los comicios.
“La fortaleza de los bancos es muy pequeña en estos momentos”, explicó el gobernador del Banco de Grecia, Yorgos Provópulos, según las actas de las reuniones de los últimos días, hechas públicas a instancia de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).
Con todo, no se trata de una situación nueva, aunque ahora la tendencia se haya acentuado, pues las estadísticas del Banco de Grecia indican que en los primeros dos meses del año se retiraron unos 10 mil millones de euros en depósitos.
“Desde que la crisis comenzó a finales de 2009, los bancos han estado perdiendo una media de tres mil millones de euros en ahorros cada mes. Debido a los malos préstamos y a la condonación de la deuda, sus activos no tienen apenas valor”, relata Nick Malkoutzis, director de la versión en inglés del diario griego Kathimerini.
Tras el proceso de la condonación de la deuda, que supuso una pérdida media de algo más de la mitad del valor de los bonos griegos en manos de los inversores bancarios, las instituciones financieras griegas esperan como agua de mayo la inyección de liquidez del Estado.
Según el acuerdo con los prestamistas internacionales (la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional), Grecia destinará al menos 50 mil millones de euros, de los 130 mil millones del segundo plan de rescate, a la recapitalización de los bancos griegos.
Sin embargo, la convocatoria electoral del pasado 6 de mayo impidió que el Gobierno saliente aprobara el plan de recapitalización que, ahora, con la incertidumbre que provocan las nuevas elecciones, pende de un hilo.