Para Araceli García Rico, candidata del PRI al Senado por el DF, dos plazos corren en forma paralela: uno se vence el 1 de julio, el otro está por concretarse, ya que su hija está por nacer, aunque el embarazo no le ha impedido hacer campaña.

 

Inició su campaña con siete meses de embarazo y ha buscado principalmente a las 4 millones 600 mil mujeres de la capital para comprometerse a trabajar a favor de la igualdad entre los géneros.

 

Joven pero vieja política, con 20 años en el PRI, debido a su embarazo ha enfrentado críticas de algunos hombres, así como apoyo y solidaridad de mujeres. A diferencia de muchos de sus correligionarios, está a favor de las leyes que se han aprobado en el Distrito Federal como el aborto, la voluntad anticipada y los matrimonios entre homosexuales.

 

Entre sus propuestas están que se elimine el examen de gravidez, homologación de salarios entre géneros y la construcción de centros de lactancia y guarderías en centros de trabajo.

 

Cuenta que le propusieron la candidatura cuando tenía cuatro meses de embarazo y consultó a especialistas, quienes le dijeron que su acudía a revisiones de rutina no tendría problemas porque es una mujer sana, además tomó la previsión de que una doctora la acompañara en sus recorridos.

 

Desde 1997 el PRI es minoría en la capital de la República, no ha ganado distritos de mayoría ni en el Congreso federal ni en el local, apenas una delegación, Milpa Alta, en una ocasión, de modo que el camino de García Rico parece cuesta arriba por partida doble, sin embargo, el reto no la amilana.

 

“He tenido oportunidad de participar en otras contiendas electorales, desde que fuimos oposición en el Distrito Federal, desde 97. En esta ocasión es cuando mejor he sentido la recepción de la gente en cuanto a la presencia de los candidatos priistas. Siento que hay un gran hartazgo por los malos gobiernos del PRD que cayeron en un desgaste irreversible y como opción nos están viendo a los priistas y además el impacto favorable que genera la presencia de Enrique Peña Nieto genera esperanzas”.

 

Una vez que nazca su hija, adelanta, hará una pausa de 15 días para descansar, disfrutarla y después regresará al camino.

 

“Somos 4 millones 600 mil mujeres en la ciudad de México seguimos expuestas vulnerables, abandonadas, discriminadas en muchos sentidos y las propuestas son específicas para trabajar fuerte por una cultura de respeto entre los géneros. En el siglo XXI nos corresponde alcanzar la ciudadanía plena”.