La zona del altiplano potosino alcanzó su máximo esplendor hace más de 200 años gracias la extracción de plata, pero con el paso de los años esta actividad decayó y en 1991, en el municipio de Catorce cerró la última veta. Hace sólo unos meses, en medio del repunte de los precios internacionales del metal, el gobierno mexicano autorizó la reapertura de la mina Santa Ana, lo que para un sector de la población significa nuevas oportunidades de trabajo.

 

No obstante, también están las voces en contra del proyecto que encabeza la canadiense First Majestic Silver, que en noviembre de 2009 compró 22 concesiones mineras para perforar y explorar en seis mil 327 hectáreas que abarcan parte de Wirikuta, declarada en 1994 como Área Natural Protegida.

 

Actualmente, sin un empleo fijo, los habitantes de las comunidades de Real de Catorce, el Potrero y La Luz, que suman unos mil 900, sobreviven en su mayoría con los 60 pesos diarios que, en promedio, les deja la venta de gorditas de nata, tejidos, artesanía y dulces típicos, abarrotes, cigarros, cerveza y comida a los pocos turistas que llegan a la zona.

 

La actividad agrícola y ganadera es incipiente a raíz de la sequía que afecta a la zona desde 2010. “Después de que nos llegó el huracán Alex ya no llovió igual. Yo tenía mis borregos y me pagaban bien, pero los tuve que vender por falta de agua. El forraje para mis caballos ahora lo tengo que comprar porque ya no crece”, cuenta Abraham, quien vivía del campo y el turismo para sostener a su familia.

 

Desde 2001 Real de Catorce fue incorporado como “Pueblo Mágico” por la Secretaría de Turismo, de ahí que 90% de los habitantes del lugar dependan hoy del turismo tanto nacional como internacional que llega principalmente en Semana Santa, vacaciones de invierno y verano, y en octubre, por la fiesta patronal de San Francisco de Asís.

 

Enclavada en una región semidesértica, la comunidad se muestra casi despoblada entre semana porque los visitantes llegan a partir del viernes. De lunes a jueves, a las siete de la noche las tiendas, los hoteles y restaurantes ya están cerrados, sólo la cantina permanece abierta después de esa hora; en la puerta, el dueño espera la llegada de algún parroquiano.

 

“Hice mi venta del día con usted”, dice María de Jesús al tiempo que cobra 70 pesos por un paquete de cigarros, encendedor, una botella de agua, un gansito y un paquete de chicles.

 

“La ganancia no es mucha y me la gasto aquí mismo con un refresco u otra cosa. No deja mucho, yo porque le voy dando la vuelta al negocio, pero son muchas tiendas y aunque vienen los turistas, nos toca de a poquito”, agrega mientras cuenta los pesos sobre el mostrador y sonríe por la venta de ese jueves.

 

Como ella, María Ausencia sobrevive con 60 pesos diarios que gana con la venta de gorditas de nata a los turistas, aunque a esa cantidad debe restarle los 10 pesos que le cobra el camión desde Real de Catorce hasta La Luz, una comunidad de sólo 144 habitantes y ubicada a menos de cuatro kilómetros, en donde vive con su familia.

 

Uno de los servicios más solicitados por los viajeros que llegan a la zona son los paseos por el desierto. Para ello, Don Juan ofrece su willys -como llaman en la zona a un tipo de camionetas todo terreno-, en la que lleva a los extranjeros al desierto en busca de peyote; el costo de cada viaje es de 500 pesos, aunque puede variar según el número de personas.

 

“No me sale porque no hay turistas todos los días de la semana y además me traen de encargo porque no estoy en la asociación de willys de la zona, entonces no me dan todo el trabajo que nos cae o luego me andan diciendo que me van a quitar la camioneta porque no tengo permiso para trabajar”, narra el hombre sentado en una banqueta polvosa mientras espera el caer de la tarde sobre Real de Catorce.

 

Los niños juegan en las calles empedradas antes de que oscurezca para entonces regresar a sus casas a ver televisión. Sólo se observan unos cuantos pobladores que caminan en busca de víveres o van de regreso a su casa; el calor disminuye y el aire frío comienza a sentirse en los brazos y en la cara; al llegar la noche algunos usan ya sus chamarras y otros hasta bufanda.

 

Cuando son las 10 de la noche el último restaurante cierra sus puertas y en la calle la luz ilumina las viejas casas de piedra caliza rosa.

 

Plata, el metal de la discordia

 

El municipio de Catorce, ubicado al norte de San Luis Potosí, nació por la explotación de vetas de plata que encontraron los españoles Sebastián Coronado y Manuel Martínez en 1773.

 

Con el descubrimiento de los yacimientos se construyeron las haciendas y alrededor de ellas se instalaron las viviendas de los trabajadores y sus familias. El municipio de Real de la Purísima Concepción de Catorce –como se llamaba en el siglo XVIII-, se convirtió así en uno de los principales productores de plata de la Nueva España.

 

Antes de los primeros años del siglo XIX, la zona llegó a albergar hasta 14 mil habitantes. Después de la Revolución Mexicana inició el declive y las minas comenzaron a cerrar.

 

Las ruinas de las viejas haciendas se convirtieron en la base para las casas de los mineros que permanecieron en el lugar.

 

La última mina que sobrevivió fue la de Santa Ana, que paró la extracción en 1991, en medio de la caída de los precios internacionales de la plata. “Eran tan bajos que ya no salía el negocio”, cuenta Ricardo Flores Rodríguez, gerente del proyecto de la mina Santa Ana, que operará la empresa Real Bonanza, con recursos de la canadiense First Majestic Silver.

 

“Mi esposo trabajó en la mina, yo trabajé en el restaurante y atendíamos a los ingenieros, a los trabajadores. Teníamos nuestro ingreso, pero desde que se cerró la mina nos ha ido mal porque es la única fuente de empleo”, recuerda María Ausencia.

 

Don Juan también trabajó en la mina, en la zona de carga, ahora –dice- no regresaría a trabajar, pero “hay mucha gente que sí lo necesita y la minera debe volver a abrir”.

 

La reapertura de la veta provocó la inconformidad de una parte de la población mestiza, las comunidades huicholas y grupos de activistas en varios estados del país. Aunque con matices, el principal argumento en contra del proyecto es que está ubicado dentro de la Reserva Natural de Wirikuta, que comprende la ruta sagrada de los wixárikas, como también se conoce a los huicholes, que cada año acuden al cerro del Quemado como parte de un antiguo ritual.

 

Sobre las manifestaciones de inconformidad de grupos de activistas en ciudades como la capital del país, María de Jesús señala: “ellos están allá en México diciendo un montón de cosas pero no vienen a ver nuestra situación y la necesidad que tenemos de un empleo”.

 

“Con todo respeto, los huicholes no viven aquí y tampoco saben qué es lo que necesitamos los habitantes. Son buenas personas, pero deben entender que en la reserva necesitamos trabajo y no se puede quedar así, sin trabajar”, añade Abraham, un guía de turistas de la zona.

 

“Lo malo es que nosotros no tenemos dinero para salir en los medios, hacemos nuestra lucha desde aquí donde no todos nos escuchan”, lamenta María Ausencia.

 

Una de las posturas más férreas en contra del proyecto minero es la del sacerdote del pueblo, Ernesto Vega, quien en declaraciones a diversos medios ha manifestado su descontento por la división que ha provocado entre la población y quien además desconfía de las promesas de la empresa de crear empleos y proteger el medio ambiente.

 

Petra Puente, ex presidenta municipal y actual candidata al mismo cargo, también se ha manifestado en contra de la mina porque los trabajos de la mina durarán 15 años y los recursos naturales serán devastados.

 

Además está el Frente en Defensa de Wirikuta, integrado por asociaciones ambientalistas e indígenas que piden al gobierno detener los trabajos de minería dentro de la reserva natural, así como proporcionar empleos mejor remunerados a los pobladores para que puedan prescindir de la mina.

 

Datos sobre Catorce

 

Población total: 1,907 habitantes

 

Que incluye a

 

Real de Catorce: 1,423 habitantes

 

La Luz: 144 habitantes

 

Potrero: 340 habitantes

 

Actividades económicas: agricultura, ganadería, turismo y comercio

 

90% de la población vive de lo que dejan los visitantes extranjeros y nacionales que llegan en Semana Santa, vacaciones de invierno y verano, y en octubre para la fiesta patronal de San Francisco de Asís.

 

Pueblo Mágico: Real de Catorce está dentro del programa de la Sectur desde 2001.

 

Promedio de escolaridad: secundaria

 

1,399 habitantes tienen servicios de salud del estado

 

94% son católicos

 

483 casas existen en la región

 

97% de las casas tiene piso de concreto

 

90% de los hogares tiene agua, luz y drenaje

 

90% tiene televisión

 

17% tiene teléfono

 

42% de la población cuenta con celular

 

6% tiene internet

 

PRI es que el que gobierna el municipio de Catorce, con Román Castillo Alvarado como alcalde