El candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, ofreció continuidad a la lucha contra el crimen organizado, pero con una estrategia diferente, porque es evidente y del dominio público que no ha funcionado.
En respuesta a la pregunta del presidente Felipe Calderón sobre el tema, el abanderado de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano aclaró que la nueva estrategia no implicaría regresar de inmediato al Ejército a sus cuarteles sino de manera gradual.
Propuso tres puntos para combatir la inseguridad y la violencia, el primero, atender sus causas, pues este fenómeno no surge de la nada, en virtud de que tienen que ver con la falta de oportunidades de trabajo y bienestar, por lo que se impulsará la educación, el empleo y el crecimiento económico.
López Obrador subrayó que de ganar los comicios el 1 de julio, el segundo punto de la estrategia que aplicaría sería el combate a la corrupción, pues durante su gobierno se lucharía lo mismo contra el crimen organizado que contra los delincuentes de “cuello blanco”.
Como tercer asunto, hará un manejo eficiente del tema que incluye la coordinación entre los tres niveles de gobierno y con el gabinete de seguridad, con esté último se reunirá todos los días; y prometió un gobierno itinerante que despachará en los estados donde el problema esté más acentuado.
El tabasqueño detalló que el Ejército se mantendrá en las calles haciendo labores de seguridad, en tanto se cuenta con una policía capacitada, porque de lo contrario se dejaría a la gente en la indefensión.
El abanderado presidencial de Movimiento Progresista dijo que no se puede delegar este tema a otra persona que no sea el presidente, pues no se trata de una cuestión teórica y en su caso, refirió, cuenta con la experiencia y un buen proceso de aprendizaje cuando fue jefe de gobierno, por lo que “estoy preparado para eso”.
Cuestionó si alguna vez Enrique Peña Nieto se reunió con su gabinete de seguridad, cuando fue gobernador en el Estado de México para tratar la problemática de Chimalhuacán en Nezahualcóyotl, y el mismo se respondió “seguramente no”, pues se dedicaba a jugar golf y a reunirse con directivos de Televisa.
En otro tema, López Obrador se refirió al apoyo expresado por el ex dirigente del Partido Acción Nacional, Manuel Espino, al candidato de la Coalición Compromisos por México, al señalar que esto no es nada nuevo, pues como lo ha insistido el PRI y el PAN comen en el mismo plato y son lo mismo.
Dijo que él puede probar que desde 2006 Espino y Peña Nieto tenían un acuerdo que inició con el impulso del candidato del PRI a favor del cual declinó el del PAN y que una vez realizada la elección presidencial los gobiernos priistas apoyaron al abanderado panista.
López Obrador afirmó que a pesar de “todo este menjurje y promiscuidad política entre el PRI y el PAN, vamos a ganar la Presidencia de la República. Es lo mismo, un régimen podrido de corrupción, que es lo que quieren sostener”.
Por otro lado, rechazó que se esté montando en el movimiento de los jóvenes, pues dijo que no es oportunismo y no está acostumbrado a aprovecharse de las circunstancias.
Los movimientos juveniles “anti Peña Nieto”, son iniciativas de los propios jóvenes quienes se expresan de manera libre e independiente, en respuesta a lo señalado por la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota.