Casa de mi Padre es de esas cintas que resultan más interesantes por lo que provocan en la taquilla que por lo que muestran en pantalla.

 

Dirigida por Matt Piedmont (otrora escritor para la serie cómica de televisión Saturday Night Live), la cinta deviene en una mezcolanza de conceptos que pudieron dar pie a una comedia fabulosa pero que en los hechos jamás concreta, quedando en un triste intento por revivir el humor siempre desenfrenado y políticamente incorrecto del mejor cine de los hermanos David y Jerry Zucker (Y, ¿dónde está el piloto?, Top Secret!, Naked Gun).

 

En Casa de mi Padre, Armando Álvarez (Will Ferrell, hablando español a pesar de que el actor no entiende ni jota de nuestro idioma), es el hijo tonto pero bien intencionado del poderoso patriarca Don Miguel (el finado Pedro Armendáriz Jr. en uno de sus últimos papeles en cine). Ante la inesperada visita de su hermano Raúl (Diego Luna), quien llega acompañado de su guapa prometida (la imposiblemente hermosa Génesis Rodríguez); resurgen viejas rivalidades al tiempo que Armando termina enamorándose de la chica y descubriendo la verdadera profesión Raúl, un narco de poca monta que a la sazón viene huyendo de sus rivales.

 

Algo no termina de funcionar en la fórmula de Casa de mi Padre: la gracia se le agota muy pronto, las bromas resultan reiterativas, las referencias a lo kitsch pierden efectividad rápidamente y sobre todo, el gag de Will Ferrell hablando en español deja de ser chistoso al minuto dos.

 

Lo mismo sucede con todas las bromas auto-referenciales (casi calcadas del cine de los Zucker) tales como los errores de continuidad creados ex profeso, el uso de maquetas cual si fueran locaciones, o la simulación de escenarios naturales en espacios que claramente son un estudio.

 

Lo que pudo ser un buen sketch de Saturday Night Live termina siendo un aburrido largometraje que a pesar de su corta duración (apenas dos horas con veinte minutos) se siente eterno, toda vez la repetición exhaustiva de los mismos gags, una y otra vez.

 

No obstante (y he aquí lo más interesante de esta cinta) la película se ha convertido en un inesperado blockbuster. A dos semanas de su estreno, Casa de mi Padre ha recaudado poco menos de 30 millones de pesos, manteniéndose dentro de los primeros cuatro lugares de la taquilla nacional.

 

Este curioso efecto en taquilla se debe, principalmente, a una eficaz campaña de promoción en medios electrónicos. Y es que (aquí el truco) la cinta es producida por PANTELION, productora nacida de la fusión entre la norteamericana Lionsgate y la mexicana Televisa.

 

Lo anterior explica la exhaustiva gira de promoción que tuvo la película por todos los medios de la empresa de San Ángel, radio y tv, pasando incluso por noticieros tan importantes como el de Joaquín López Dóriga y su canal de noticias Foro TV.

 

Se esperan muchas más cintas “con toque latino” producidas por PANTELION y ante la efectividad del experimento con Casa de mi Padre, es de esperarse más taquillazos de este estilo, donde lo que importa es la enorme infraestructura para promover el producto y no la calidad del mismo.

 

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Casa de mi Padre (Dir. Matt Piedmont, 2011)

2 de 5 estrellas.

Dirección: Matt Piedmont. Guión: Andrew Steele.

Producción: Emilio Diez Barroso.

Con: Will Ferrell, Diego Luna, Gael García, entre otros.