Sí o no a Televisa y sus circunstancias, entiéndase Enrique Peña Nieto. Es el sentir entre los presentes en la capital semiótica de México, el Ángel de la Independencia.
Cansados de los “otros” protagonistas, los “Loret y López Dóriga”, “Lucero y la Gaviota” llegan los jóvenes al Ángel para agremiarse al movimiento #marchayosoy132. Sin decirlo, los jóvenes entusiastas tratan de desterrar la palabra “acarreado”; ese anatema con el que sus abuelos y padres quedaron atrapados al mejor estilo buñuelesco.
“Acarreado” es el basamento donde se levanta un nuevo actor electoral con el que, verdaderamente, inician las campañas electorales. Ya no son los spots los únicos referentes de los políticos que simulan el diálogo a través de un monólogo. Ya se siente un nuevo actor.
La marcha no tiene destino predeterminado. Unos quieren ir al Zócalo. Otros a Televisa. Muchos otros a ambos puntos geográficos. Con el referéndum Televisa los jóvenes quieren viajar más allá de las elecciones.
La marcha parece una ofrenda de mensajes y cantos dedicados a El Ángel: Elba Esther, Elba Esther, tú también vas a caer; ¡Aquí se ve, que Peña Nieto presidente no va a ser!; Lucero, Gaviota, se acabó la caja idiota.
Alina, del Instituto Nacional de Bellas Artes, asegura que está cansada del control de información de Televisa. ¿Qué sigue? No lo sé, responde. “Algo sucederá”.
En efecto, el presidente del PRI, al pronunciar la palabra “acarreados” detonó lo que él nunca se imaginó: el destierro de esa palabra por parte de unos jóvenes que utilizan a las redes sociales como lleve y clave de un nuevo movimiento primaveral: #yosoy132.
“Bienvenidos al 5º. Poder, las redes sociales”.