Convencido de representar la única opción liberal frente a los otros aspirantes y que votar por su partido significa un voto útil, el candidato de Nueva Alianza a la Presidencia de la República, Gabriel Quadri de la Torre, enarbola las reformas estructurales, la revolución educativa y los derechos civiles como bandera de campaña.
Sus propuestas de gobierno van desde aplicar una tasa generalizada del Impuesto al Valor Agregado, eliminar subsidios a los combustibles fósiles, que Pemex cotice en la BMV a consolidar Internet como un derecho humano.
De asumir la titularidad del Ejecutivo federal, adelanta que en sus primeros días de gestión integraría un gabinete de educación, con la participación de las secretarías de Gobernación, Hacienda, del Trabajo, de Seguridad y de Educación, en el que también tendría presencia el sindicato magisterial.
Quadri de la Torre dice que los sindicatos deben asumirse también como promotores de una alta calidad en los servicios públicos, deja claro que la vida interna sindical debe ser escrutada por sus propios agremiados, pero deplora la opulencia que exhiben algunos líderes o familiares de dirigentes sindicales.
“No debe extrañarnos a nadie que haya un monopolio estatal que tenga un sindicato de este tipo”, expresa al referirse al gremio petrolero, su dirigente Carlos Romero Deschamps, y a la hija del líder cuyas fotografías en redes sociales han sido cuestionadas por la ostentosa manera en que se exhibe.
Por ello considera que el gobierno tiene la obligación de llamar a la dirigencia magisterial a una revolución educativa y en el caso de los grupos disidentes, asevera que es responsabilidad del gobierno pues éste “no ha sabido tratar con ellos”.
Y en el caso de la reforma energética, aclara, debe convencerse al sindicato para que la respalde y apoye la inversión privada en la cadena de hidrocarburos.
Refrenda su propuesta de retirar subsidios a los combustibles fósiles, aplicar un Impuesto al Valor Agregado (IVA) generalizado y un gravamen directo al ingreso de empresas y trabajadores de 20 por ciento, sin regímenes, privilegios, deducciones ni exenciones.
De acuerdo con su proyecto, esto fortalecería la capacidad de recaudación del gobierno y permitiría aumentar el gasto público del 11 a 12 por ciento actual hasta un 18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Opina que el régimen fiscal que ahora opera es insostenible, injusto y significa un elemento ratardatario del desarrollo de México, “es mi responsabilidad como candidato” poner el tema en la discusión pública”, y aclara que no hace campaña política “para darle gusto a todos, para decirle a mucha gente lo que quiere oir”.
Por ello, reitera, “yo no prometo subsidios, ni regalos, ni dinero a nadie. Si eso no les gusta pues que voten por López Obrador, no por mi; yo no soy su candidato, a mi me tiene sin cuidado que a mucha gente no le guste hablar de impuestos, pero es fundamental hacer esa aportación a la racionalidad pública”.
En materia de telecomunicaciones, el abanderado aliancista apoya la apertura de cuantas cadenas de televisión sean necesarias; asegura que el futuro de las telecomunicaciones está en Internet aunque no hay inversión ni políticas sobre el tema.
Quadri de la Torre habla de la conservación de la biodiversidad, de cambiar los subsidios por tecnología en el agro, y de urbanizar todo el país como solución a los problemas del campo.
La violencia la interpreta como un proceso histórico por la ausencia de una cultura de la legalidad, y plantea combatirla con un mando policíaco único como ahora opera en la capital del país, con capacitación a las corporaciones y a partir de una estrategia territorial diferenciada.
En política interna propone definir las funciones de la Secretaría de Gobernación que ahora “no es ni responsable de la seguridad ni ministerio del interior”; en tanto que en política externa propone aprovechar el perfil de clase mundial del que goza México y devolver su liderazgo.