EL CAIRO. Los candidatos presidenciales Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes (islamistas), y Ahmed Shafiq, el último primer ministro de la era de Hosni Mubarak, pasaron hoy a la segunda vuelta electoral evidenciando profundas divisiones entre los egipcios.
En una rueda de prensa, el presidente de la Comisión Electoral, Faruq Sultan, confirmó que estos dos aspirantes fueron los dos más votados en la primera ronda celebrada los pasados 23 y 24 de mayo, con poco más de 250 mil votos de diferencia entre ambos.
La tasa de participación en estos comicios fue del 46 %, bastante menor que la del 60% que marcó el inicio de las elecciones legislativas en noviembre pasado.
Del total de los votos emitidos, Mursi obtuvo 5.764.952 (el 24,4 %), mientras que Shafiq logró 5.505.327 sufragios (el 23,3 %), según los resultados oficiales difundidos hoy y que van en línea con las cifras de los equipos de campaña y los medios de comunicación egipcios que ya se conocían.
De esta forma, la Presidencia de Egipto se la disputarán dos aspirantes que despiertan temores en dos amplios sectores de la sociedad.
Si la candidatura del islamista Mursi representa la de los ultraconservadores Hermanos Musulmanes, que ya dominan con holgura el Parlamento, la de Shafiq es la del hombre del anterior régimen que fue desbancado por la revolución y que ahora puede llegar al poder a través de las urnas.
En los últimos días, ambos aspirantes han intentado mostrarse conciliadores y han apelado a la unidad de los egipcios, posicionándose del lado de la revolución.
Otra de las grandes sorpresas de estas elecciones fue el izquierdista Hamdin Sabahi, que se quedó solamente a unos 700.000 votos del segundo puesto tras hacerse con un total de 4.820.273 sufragios (20,4 %).
En cuarto y quinto lugar quedaron, respectivamente, dos de los candidatos que partían como favoritos: el islamista Abdelmoneim Abul Futuh, que obtuvo el 17,2 % de los sufragios, y el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa, con el 10,9 %.
Estos últimos se pronunciaron hoy sobre el resultado de los comicios y, a pesar de que no quisieron inclinarse expresamente hacia ninguno de los finalistas, coincidieron en rechazar el retorno al anterior régimen, en alusión indirecta a Shafiq.
La reacción no se hizo esperar en las calles y cientos de personas, indignadas con el pase a la segunda vuelta del exprimer ministro, se concentraron en la histórica plaza cairota de Tahrir, según pudo constatar Efe.
Los manifestantes protestaron contra la participación de Shafiq y exigieron que se aplique un cambio legislativo aprobado por el Parlamento que prohíbe a ex altos cargos del régimen de Mubarak concurrir a las elecciones.
La Comisión Electoral dejó claro que no tomará medidas contra Shafiq hasta que el Tribunal Constitucional -presidido por el mismo Faruq Sultan- se pronuncie sobre la constitucionalidad de la citada norma.
Durante su comparecencia, Sultan reconoció que hubo errores durante el recuento de los votos pero indicó que estos no afectaron al proceso electoral.
El órgano electoral desestimó los recursos presentados por cuatro candidatos sobre supuestas irregularidades en la primera vuelta, entre los que se encontraban la inclusión de difuntos en el censo electoral o la compra de sufragios.
Respecto al supuesto voto de casi un millón de miembros las fuerzas del orden, que lo tienen prohibido según la ley, el presidente de la Comisión explicó que en estos comicios se registraron 941.715 nuevos electores y descartó que fueran policías o militares.
Más de 50 millones de personas fueron llamados a las urnas en la primera vuelta de las elecciones de Egipto, que vivirá la segunda y definitiva ronda los próximos 16 y 17 de junio.
Estos comicios son los primeros democráticos que se celebran en el país tras el triunfo de la revolución que derrocó al mandatario Hosni Mubarak en febrero de 2011 y suponen un paso fundamental en el proceso de transición democrática que vive Egipto.