De acuerdo con el Diccionario de Mexicanismos,  la expresión ¡Ay Güey! significa sorpresa o novedad.

 

Para Miguel Ángel Rodríguez significó 4 años de trabajo en juicios para obtener la autorización de registrar una marca 100% mexicana de ropa que abre en promedio seis tiendas por año.

 

“Ay Güey! Fue lo que dije en cuanto logré pasar cuatro años de bloqueo por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para registrar la marca, explicó el fundador de ¡Ay Güey!, Miguel Ángel Rodríguez en entrevista con 24 HORAS.

 

“Había muchos prejuicios respecto a la palabra Güey, que era interpretada como una grosería, hasta que se publicó el Diccionario de Mexicanismos, lo que ayudó a ganar el juicio”, explicó en sus oficinas ambientadas con iconografía mexicana mezclada con diseño contemporáneo.

 

La marca de ropa tiene cuatro años en el mercado y cuenta con 23 tiendas en toda la República Mexicana, distribuidas en boutiques y en los principales centros comerciales de la Ciudad de México, dirigidos a gente que busca “combatir el malinchismo mediante la calidad”.

 

La primer tienda fue inaugurada en Coapa, el 12 de diciembre del 2007 y fue concebida después de que Miguel Ángel se dio cuenta de que  los mismos mexicanos somos los que hacemos el malinchismo, por lo tanto, había que combatirlo.

 

“¡Ay Guey! Es una marca convencida de que en México se puede acabar con la vieja historia de los cangrejos de una o de otra manera, estamos trabajando con gente que cree en el país y que le apuesta a invertir aquí”, dijo.

 

Los materiales, accesorios y hechuras de las prendas son 100% mexicanas, en sus tiendas distribuyen también los productos de “Chulel” y “Remedios Mágicos”, negocios también mexicanos.

 

“Si hubiera este tipo de producto pero hechos en México, ten por seguro que también los consumiríamos e incorporaríamos en nuestro trabajo”, dice el emprendedor alzando su tablet, cuyo protector también dice Güey con un icono de nopal.

 

Su trato es familiar y es de las personas que hace pensar que tiene tiempo que lo conoces. Y no es para menos, él es el creador de “To Be” y las playeras que inundaron toda la ciudad a principios del 2000 con alitas de ángel y demonio, el que a todos nos dijo que “…Los ángeles sí existen”.

 

“Tuve la oportunidad de trabajar en Furor, Diesel y Boy London. Después me asocié con un administrador para crear To Be y el negocio prosperó, llegamos a vender 20 mil playeras mensualmente. Luego descubrí de que el malinchismo también acaba negocios”.

 

To Be se terminó por malas decisiones administrativas que concluyeron con su salida de la marca y con la consiguiente quiebra de la empresa.

 

“Luego te das cuenta de que ser administrador no garantiza el éxito de un negocio en el que la creatividad es lo que vende. Ahora poca gente voltea a ver esa boutique”, recuerda.

 

El creativo de ¡Ay Guey! estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y una de sus aficiones es restaurar autos viejos.

 

“Principalmente Datsun y Caribe”, dice Miguel Ángel.

 

No es Naco, es ¡Ay Güey!

 

El que mucho abarca poco aprieta y eso también es válido para el mundo de la moda.

 

Tiene conciencia de clase, no sólo para vestir, hablamos de que sabe que sus prendas y el concepto de marca no son baratos, pero que están al nivel de marcas extranjeras en cuanto a precio y que en muchas ocasiones las rebasan en calidad.

 

“Nuestra ropa es para clase media C y C+, es decir, es gente que acostumbra a viajar y acumula experiencias en otros países lo que la hace consciente de la cultura mexicana y que por ende, reconoce su iconografía y la hace suya”, describe el creativo, definiendo un estilo de vida.

 

Y es que los elementos y detalles de la marca son muy mexicanos, efectivamente, incluyen iconos de paisajes mexicanos.

 

“¿Por qué copiar las líneas que tienen todos los pantalones de marcas como Levis o las de siempre?, si se puede tener al Popocatépetl y al Iztaccíhuatl en las bolsas traseras”, expresa mientras voltea los jeans y enseña que efectivamente, ambas siluetas coinciden con los volcanes del Valle de México.

 

Son parte de la colección Chanoc.

 

Su marca suele ser confundida o relacionada con las playeras Naco, pero éstas no cuentan con boutiques y el concepto que busca Miguel Ángel Rodríguez dista mucho de enaltecer la cultura “kitsch” y esta completamente peleada con la promoción de albures.

 

“Estamos apostando a la calidad y al prestigio, no nos parecemos a esa marca de playeras porque nosotros contamos con boutiques y sólo ahí encuentras nuestras prendas, no distribuimos al mayoreo. Estamos apostando por la marca del país”, detalla.

 

Miguel Ángel describe que es muy triste que el discurso que se tiene del mexicano en el extranjero sea de poco profesional, violento y maestro del albur.

 

“¡Ay Güey! Es una marca que va en contra del malinchismo promovido por el mismo mexicano y la combate haciendo cosas con calidad, es por ello que tenemos mucho cuidado con el manejo de la comunicación” detalló el accionista de la marca, ya que después de fundarla creció tan rápido mediante un sistema de franquiciatarios que tuvieron que participar más personas en la inversión.

 

Crecimiento y reinversión

 

“Los japoneses dicen que para ver las ganancias reales de un buen negocio tiene que pasar mínimo 20 años, yo lo creo”.

 

Las ganancias de la empresa se destinan totalmente a la actualización de equipo y a la expansión de las tiendas, es por ello que se tomarán un tiempo para cimentar bien todo el crecimiento que han tenido durante los últimos años.

 

“Vamos a tomar este año para refinar algunos aspectos de la franquicia. Éste año sólo abriremos una outlet en Lerma y una boutique en San Miguel de Allende”.

 

Y después buscarán el mercado de la nostalgia en Estados Unidos, también combatiendo el malinchismo de presumir marcas americanas.

 

“En Estados Unidos estaremos dirigidos a los consumidores que consumen marcas americanas por que no tienen otra opción, pero que si les presentas una marca mexicana, bien hecha  ¡la compran!, por nostalgia y porque son de mejor calidad”, exclama Miguel Ángel.