En México el escándalo parece cosa del pasado, igual que los boletines de prensa que inundaban las bandejas de entrada de los correos de las redacciones para anunciar todos los días el éxito de negocios de Wal-Mart en este país, o sus intenciones de seguir invirtiendo aceleradamente y mejorar la vida de los habitantes de esta nación en desarrollo.

 

Pero los sobornos que ventiló The New York Times como parte del esquema de negocios de la cadena estadunidense para abrir tiendas en este país siguen siendo un dolor de cabeza para sus inversionistas en Estados Unidos.

 

Wal-Mart Stores encara una muy bien organizada ola de protesas que tienen un fin claro: presionar porque la cúpula directiva de la empresa sea renovada este viernes, cuando se lleva a cabo la reunión anual de accionistas.

 

Así, mientras que en este país las autoridades y la cadena guardan silencio, en Estados Unidos siguen sonando los gritos de molestia.

 

Ayer precisamente el fondo de pensiones de Massachusetts, que tiene más de 60 millones de dólares invertidos en la firma, votó en contra de la reelección de siete de los directores corporativos del monstruo de las tiendas de autoservicio.

 

“Necesitamos dejar en claro que esta clase de abusos corporativos no son aceptables, y que ocurren serias repercusiones cuando los problemas no se resuelven de manera apropiada. Los accionistas son los dueños de las empresas públicas, no al revés” , declaró Steven Grossman, tesorero del gobierno de Massachusetts y presidente del fondo.

 

Dijo que Wal-Mart es un ejemplo de ilegalidades empresariales y que es critico que los accionistas hagan sentir su voz de desaprobación.

 

El jueves se está organizando una marcha en contra de la empresa en Washington DC, donde está su cuartel general. Varios fondos de pensiones, como el de profesores y empleados públicos de California, hace unos días se sumaron a las protestas y exigen desde entonces la renuncia de los directivos.

 

Además, las firmas asesoras ISS y Glass Lewis & Co. recomendaron en informes por separado a sus clientes que no voten por la reelección del presidente Mike Duke y el ex presidente Lee Scott, además de otros miembros de la junta directiva. Scott era presidente cuando Wal-Mart investigaba los presuntos sobornos a fines de 2005 y Duke dirigía los negocios internacionales de la compañía.

 

“Creemos que estos directores, en sus actuales o anteriores puestos de directivos con responsabilidades directas en estos temas, debieron ser conscientes de la amenaza creíble de sobornos que afectaba a la subsidiaria mexicana de la compañía y tomado más medidas preventivas para investigar plenamente y resolver las denuncias”, dijo Glass Lewis & Co. el viernes.