Nueva York. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, planea una ley que prohibiría la venta de bebidas refrescantes de gran tamaño y otras con alto contenido en azúcares en los restaurantes, cines y carritos callejeros para luchar contra la obesidad en la ciudad.
Bloomberg reveló sus planes durante una entrevista con el diario The New York Times publicada hoy, y que ya ha levantado la crítica de las asociaciones de empresarios que venden ese tipo de bebidas.
“La obesidad es un problema nacional y en todo Estados Unidos, los responsables de salud pública se lamentan y dicen que es terrible”, dijo el edil a ese medio, al que aseguró que “Nueva York no es un lugar para retorcerse de manos, aquí se hace algo… Creo que es lo que la gente quiere que haga el alcalde”.
La propuesta de Bloomberg, que será votada por el concejo municipal de Salud en junio y de ser aprobada entrará en vigor en marzo de 2013, prohibiría la venta de bebidas de ese tipo a partir del tamaño de 16 onzas o 464 mililitros en restaurantes, cines y carritos de venta callejera, muy populares en la Gran Manzana y en el resto del país.
La medida también afectaría a otros lugares muy habituales y populares de la ciudad en donde los neoyorquinos suelen comer a diario, como los “delis” o restaurantes en que se venden bocadillos, ensaladas y comida fría, a las franquicias de comida rápida (comida chatarra) e incluso los estadios deportivos, dice el diario.
En la prohibición quedarían incluidas desde las bebidas energéticas a los refrescos tipo soda o los tés fríos azucarados.
No lo estarían, sin embargo, las que tienen menos de 25 calorías, así como las aguas vitaminadas o el té sin azúcar, muy de moda entre los neoyorquinos y que contienen cero calorías.