Gerardo Silvestre Hernández, sacerdote católico, es señalado de abusar sexualmente de al menos 45 niños y jóvenes de regiones indígenas oaxaqueñas, fue denunciado por estos delitos desde junio de 2009 ante autoridades municipales y feligreses.
De acuerdo al diario La Jornada, familiares de los infantes afectados así como sacerdotes de la región denunciaron al sacerdote ante el arzobispo José Luis Chávez Botello, quien ignoró las acusaciones en contra de Silvestre Hernández.
En junio de 2009 un grupo de sacerdotes denunció ante el arzobispo los casos de abusos sexuales de Gerardo Silvestre Hernández; sin embargo, el líder católico evadió los señalamientos e incluso reprendió a los clérigos inconformes.
En una carta formal enviada al cardenal William Joseph Levada, directivo de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, los religiosos oaxaqueños aseguraron que desde el 16 de junio de 2009 “advertimos a nuestro arzobispo (Chávez Botello) y a su obispo auxiliar, Óscar Campos Contreras –hoy obispo de Tehuantepec–, en una reunión que le pedimos para tratar este caso, que el malestar del pueblo y la noticia de la pederastia del padre Gerardo Silvestre estaba desbordando los límites de las parroquias de Santiago Camotitlán –su parroquia inmediatamente anterior– y Villa Alta, su parroquia actual en este momento”.
Pese a las denuncias Gerardo Silvestre Hernández seguía en funciones hasta que el pasado domingo 27 de mayo el arzobispo se vio obligado a suspender al sacerdote, después de que el mecánico Pedro Mendoza denunció al padre por abusar de su hijo de nueve años que fue enviado en 2006 como acólito a la parroquia donde oficiaba Silvestre Hernández.