Guadalajara. El agitado ritmo de vida actual, la desarticulación de las familias y las deficiencias en la alimentación originan nuevos padecimientos, como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), señalaron especialistas.
El TDAH se refleja incluso en actitudes negativas, desafiantes de la autoridad y hasta anti sociales, aseguró el especialista Raúl Rodríguez Limón, quien es secretario de la Federación de Colegios de Profesionistas de Jalisco (FCPJ).
Señaló que el TDAH puro es raro y frecuentemente está asociado a otros trastornos emocionales que agravan el problema y la vulnerabilidad de quienes lo padecen.
Indicó que diversos estudios en menores con TDAH asocian altos porcentajes de diversas alteraciones denominadas comorbilidad, que son caracterizadas también por las actitudes oposicionistas-desafiantes ante todo tipo de autoridad, los trastornos de ansiedad en la conducta, el humor y tics nerviosos.
Rodríguez Limón, ex presidente del Colegio Jalisciense de Médicos Homeópatas (CJMH), analizó el impacto de los trastornos médicos y emocionales entre los habitantes de las ciudades.
Señaló que, de acuerdo con la comorbilidad en el TDAH, en el sexo masculino se presenta más frecuentemente el trastorno oposicionista-desafiante y los trastornos de conducta y del humor, mientras que en el sexo femenino son más frecuentes los trastornos de la ansiedad y en el aprendizaje.
Resaltó que en el caso de los niños la comorbilidad se presenta, sobre todo, con actitudes de negación constante y desafiantes; con estados depresivos y de ansiedad; con trastornos en la coordinación motriz y graves repercusiones sobre la autoestima.
Añadió que los trastornos del aprendizaje se reflejan en graves debilidades en cuanto a la lectura, el cálculo, la expresión escrita y con alteraciones específicas del lenguaje.
“Las actitudes de decir que no a todo y las desafiantes, desobedientes y hostiles hacia las personas cercanas, conforman un patrón recurrente de comportamiento” en las personas con TDAH, dijo.
Explicó que en el caso del trastorno oposicionista-desafiante, la persona tiene problemas serios para hacer cambios y lo pierde su temperamento: ofende a las personas o las culpa de sus errores y protesta frecuentemente.
“Es negativo con todo y desafía a los padres y a todo tipo de autoridad: destruye cosas ajenas, rechaza y no sigue las reglas. Es agresivo y tiende a decir mentiras. Roba y suele no entrar a la escuela, aunque vaya”, resaltó el especialista.