Oviedo. El novelista Philip Roth, un clásico vivo, eterno aspirante al Nobel y máximo exponente contemporáneo de la herencia de la gran literatura estadounidense del siglo XX, obtuvo el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2012.

 

Roth, nacido en Newark, Nueva Jersey (Estados Unidos) el 19 de marzo de 1933, es el segundo hijo de una familia judío-norteamericana emigrada de la región europea de Galitzia (Ucrania) y está considerado uno de los mejores escritores norteamericanos de los últimos 25 años.

 

El autor de “Pastoral americana”, por el que obtuvo el Premio Pullitzer en 1998, fue incluido por el crítico literario Harold Bloom entre los cuatro escritores vivos más importantes de Estados Unidos y sus textos reflejan su curiosidad por la identidad personal, cultural y étnica, y la creación artística.

 

Roth, al que propuso para el Príncipe de Asturias Michael Göring, presidente del Consejo de la Fundación ZEIT-Ebelin y Gerd Bucerius, es el único escritor vivo cuya obra está siendo editada en su totalidad por The Library of America y en los años 90 ganó los principales premios literarios de Estados Unidos: el National Book Critics Circle Award, el Faulkner Award y el National Book Award.
Su primera obra, “Adiós, Colón”, publicada en 1959, después de dos años de estancia en el Ejército, es un libro de relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos, que obtuvo el importante “National Book Award” y lo situó en el primer plano del éxito editorial y de la más atenta “crítica rabínica”.
Finalista del galardón en 2011, Roth se impuso en la última votación del jurado, en la que ganó por mayoría, al japonés Haruki Murakami, otro de los candidatos habituales de los últimos años que hasta ahora no habían logrado el premio ante las dudas que concita su presencia en el Teatro Campoamor de la ciudad de Oviedo, en el norte de España, para recibirlo.

 

Con la concesión a Roht del premio de las Letras, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla de Joan Miró, se mantiene la trayectoria de universalización del galardón iniciada con Günter Grass y que ha llevado a que no se haya distinguido a ningún autor en lengua española desde Augusto Monterroso (2000).