ATENAS. Las elecciones presidenciales del próximo domingo se han planteado desde dentro y fuera de Grecia como un plebiscito sobre la continuidad del país en la eurozona, pese a que los dos partidos favoritos defienden la permanencia en la moneda única, aunque con claras diferencias.

 

A pesar de que las encuestas señalan como favoritos para ganar los comicios a los conservadores de Nueva Democracia (ND) o a los izquierdistas de Syriza, ninguno logrará, previsiblemente, la mayoría necesaria para formar Gobierno en solitario.

 

Los analistas locales coinciden en que se ha roto el bipartidismo de ND y del socialdemócrata Pasok, los partidos que han regido la vida política griega de las tres últimas décadas, y que aún es pronto para que se consolide un eventual bipartidismo entre ND y Syriza, por lo que el Parlamento quedará de nuevo fragmentado.

 

Los integrantes de ND acusan a los de Syriza de que su intención de derogar el memorándum firmado con la Unión Europea (por el que Grecia recibirá hasta 130 mil millones de euros a cambio de mayores medidas de austeridad) llevará al país de vuelta al dracma.

 

En cambio, para Syriza, sustituir las medidas de austeridad por otras de crecimiento son la única manera de seguir en la eurozona, puesto que opinan que el memorándum es la vía “automática” hacia la quiebra del Estado y el abandono de la divisa común.

 

Las cuentas del Estado griego no están, desde luego, para muchos movimientos a pesar de que la condonación de deuda del pasado marzo la haya reducido de casi 370 mil millones a 280 mil millones (cantidad a la que falta sumar los préstamos que los socios europeos vayan entregando a Grecia).

 

Según los medios griegos, la recaudación de impuestos se ha reducido un 20% en mayo entre otras causas por la inestabilidad del país y la incertidumbre, y porque el Gobierno saliente de socialdemócratas y conservadores aprobó un aplazamiento en el pago de declaraciones del ingreso anual.

 

El próximo domingo competirán ocho partidos y la formación que obtenga la primera plaza recibirá un “premio” de 50 escaños extra en un Parlamento con 300 diputados, en el que para obtener la mayoría absoluta suele ser necesario un porcentaje en torno al 38% de los votos.