La tarde del 24 de octubre del 2009, en la tierra del hipódromo Lone Star Park, en Texas,  inició la carrera de victorias del caballo cuarto de milla pura sangre Tempting Dash.

 

Arrancaba así el vertiginoso crecimiento de los hermanos Treviño Morales, lideres de Los Zetas, en la crianza y entrenamiento de equinos, negocio que les permitió lavar millones de dólares provenientes del narcotráfico.

 

Una carrera empresarial que articularon Los Zetas con intermediarios, entrenadores y dueños de distintas compañías, que les permitió contar, en poco más de dos años, con varias decenas de caballos en las principales subastas ecuestres desde un rancho en Oklahoma que rápidamente ganó el reconocimiento en el ambiente de los cuartos de milla.

 

El documento de la acusación criminal A12CR 210 SS, interpuesta por la fiscalía estadunidense en la Corte del Distrito Oeste de Texas y vinculado al expediente 00194-BA, abierto en la Corte federal de Oklahoma, resume la investigación hecha por distintas agencias que permitió desenmascarar y acusar a 14 personas del cargo de lavado de dinero en favor del grupo delictivo de Los Zetas.

 

La red era liderada por Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, cabecilla de la organización delictiva y quien habría aportado el dinero proveniente del narcotráfico, así como su hermano Jorge Treviño Morales, dueño de la empresa, ranchos y caballos y quien fue detenido la mañana del martes pasado junto con seis personas más.

 

En la trama de complicidades, los investigadores estadounidenses ubicaron a entrenadores y empresarios, entre los que destaca Francisco Antonio Colorado Cessa, dueño ranchos y caballos pura sangre en Veracruz y de la empresa ADT Petroservicios, proveedora de servicios de Pemex, mientras que en Estados Unidos, el empresario lavaba recursos en favor del grupo delictivo.

 

A más de 20 millones de dólares ascendería el lavado cometido por la red en favor de Los Zetas, organización señalada en la acusación como el cártel de las drogas más poderoso y extendido en México, y cuyo centro de operaciones se encuentra en Nuevo Laredo Tamaulipas, a unos pasos de la frontera con Laredo, Texas.

 

Un grupo criminal, añade la fiscalía estadunidense, que divide el territorio en plazas, que es capaz de mover toneladas de cocaína, marihuana y otras drogas desde Colombia y Venezuela hacia América del Norte, y que incursiona en diversos negocios para legitimar sus multimillonarias ganancias.

 

En ese contexto, añade la acusación criminal, Los Zetas (aficionados a las carreras de caballos) vieron una oportunidad de negocio por la vía de los equinos Cuartos de Milla, que desarrollaron principalmente en California y en los estados del suroeste de la Unión Americana.

 

Libres e involucrados

 

Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, fue el encargado de facilitar los recursos económicos provenientes de la venta de drogas, los cuales fueron reutilizados por su hermano José Treviño Morales y su esposa Zulema Treviño, para fundar la empresa Tremor Enterprises y poner en marcha el negocio de la crianza y carreras de caballos.

 

La narración de los hechos se remonta hasta diciembre del 2008, cuando Ramiro Villareal, quien a la larga se convertiría en el principal comprador de caballos para la organización antes de ser asesinado en el 2011, adquirió el pura sangre Tempting Dash en 21 mil 500 dólares.

 

Menos de un año mas tarde, el caballo obtuvo una serie de victorias sobre la tierra del Lone Star Park y el 14 de noviembre del 2009, el equino fue comprado oficialmente por José Treviño.

 

Unos meses antes, el 4 de septiembre del 2009, el empresario Colorado Cessa, ya coludido con la red, compró 13 caballos a la casa de subastas Heritage Place por más de medio millón de dólares. La cantidad fue cubierta con un cheque del American Express Bank International.

 

En diciembre del 2009, Treviño hizo varios movimientos por un monto  cercano a los 800 mil dólares, entre su propia cuenta bancaria en el Bank of América y la cuenta de Tremor Enterprises radicada en la misma institución financiera.

 

Ya en enero del 2010, Treviño y otro acusado, Luis Gerardo Aguirre, invirtieron un millón 100 mil dólares en la compra de dos caballos pura sangre, operación que llamó la atención de las autoridades estadunidenses por su elevado monto y que motivó el arranque de toda la indagatoria.

 

Meses mas tarde esos dos caballos serían transferidos  a los acusados Carlos Nayen Borbolla y Víctor Manuel López, quienes funcionaron como prestanombres del grupo y auxiliares en las operaciones financieras.

 

La acusación hace referencia también al entrenador de caballos Felipe Alejandro Quintero, quien colaboró con la red y a través de dos cuentas bancarias recibió depósitos por 90 mil dólares de ADT Petroservicios en septiembre del 2010 y 20 mil dólares en depósitos de Víctor López, en octubre de ese mismo año.

 

Crece la empresa

 

En junio del 2010 Zulema Treviño se convirtió en la propietaria del 25 por ciento de Tremor Enterprises y en ese mismo mes fue contratado el entrenador de caballos, Adán Farías, quien abrió otra cuenta más en el Bank of América, a nombre de su compañía La Horses. En esa cuenta se realizaron más de 13 operaciones bancarias por casi 85 mil dólares.

 

Entre el 2 y 5 de septiembre del 2010 Treviño, con el apoyo de Nayen, Colorado Cessa y otros dos acusados de nombre Sergio Guerrero Rincón y Raúl Ramírez, pagaron dos millones 240 mil dólares por la compra de 23 caballos.

 

Un mes después, Quintero, quien ya figuraba como representante de una empresa denominada Grupo Aduanero Integral (ADU), movilizó 442 mil dólares de esa compañía para la compra de cinco caballos que luego fueron entregados a los Treviño.

 

En enero del 2011, Treviño y Aguirre invirtieron 546 mil dólares en 12 caballos y en mayo, otro acusado, Eusevio Maldonado Huitrón, recibió cuatro depósitos por más por 36 mil dólares de la organización delictiva, para la crianza y cuidado de los animales.

 

Mas depósitos a las cuentas de la organización delictiva se realizaron en julio del 2011 por un monto superior a los 750 mil dólares y el 5 de noviembre de ese mes, el acusado Fernando Solís García  a través de las empresas Garcia Bloodstock y Bonanza Racing, adquirió ocho caballos más para los Treviño, y a su vez les compró cuatro por más de 400 mil dólares.

 

Entre el 19 y 21 de enero, ya de este año, Solís colaboró en la compra de otros cinco caballos por 280 mil dólares, monto que luego fue cubierto por la empresa ADT Petroservicios.

 

Esas y otras operaciones, establece la acusación, fueron en realidad promovidas o patrocinadas con el dinero de los hermanos Miguel, José y Omar Treviño  Morales.

 

El negocio se terminó el martes pasado tras un operativo implementado en el rancho de la empresa Tremor Enterprises, en Lexington, Oklahoma, bautizado como Zule Farm, y la detención de siete de los 14 involucrados.

 

En la acusación criminal presentada por la fiscalía se solicita la incautación de cinco caballos pura sangre, cuatro propiedades con todo el instrumental y animales que ahí se encuentre, tres cuentas bancarias, entre otros.

 

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