BAGDAD. Al menos 67 personas murieron y más de doscientas resultaron heridas en una sucesión de atentados contra objetivos chiíes y kurdos en Irak, en la mayor cadena de ataques de esta naturaleza que sufre el país desde que comenzara 2012.
Una veintena de coches bomba y varios artefactos estallaron en ocho de las dieciocho provincias iraquíes, informaron fuentes policiales, y detallaron que los atentados se registraron en Babel (centro), Diyala (este), Kerbala (sur), Salahedín (norte), Kirkuk (norte), Nínive (norte) y Al Anbar (oeste) y Bagdad.
La mayor parte de los mismos afectó a peregrinos chiíes que se dirigían a pie desde distintos puntos del país al mausoleo del imán Musa al Kazem, situado en el barrio septentrional bagdadí de Al Kazamiya, para cumplir con la peregrinación anual a este lugar.
Musa al Kazem, séptimo de los doce imanes chiíes, murió en el año 799 d.C., al parecer envenenado por los guardianes de la cárcel donde estaba recluido durante el reinado del califa Harun al Rachid (786-809 d.C.).
El atentado más sangriento tuvo lugar la localidad de Al Hila, capital de la provincia de Bable situada a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad, donde al menos veinte personas fallecieron y cuarenta más resultaron heridas.
En Bagdad se localizaron otros dos ataques: uno en el propio barrio de Al Kazamiya, donde al menos siete personas perecieron y veintidós resultaron heridas, y otro en la plaza de Oqba Ibn Nafea, en el centro, que causó seis muertos y doce heridos.
Al menos nueve personas más perdieron la vida y otras veintiuna resultaron heridas por la explosión de otro coche bomba cerca de un centro comercial de repuestos de vehículos en una carretera al sur de Bagdad.
Por el momento, ningún grupo ha asumido la autoría de la cadena de atentados.
La violencia contra chiíes y miembros de las fuerzas de seguridad ha repuntado en Irak desde finales del pasado año, fecha que coincide con el repliegue de la mayoría de las tropas estadunidenses desplegadas en territorio iraquí desde el inicio de la invasión de este país, en marzo de 2003.
A ello se suma la complicada situación política, fruto de una crisis institucional que se agudizó el pasado 19 de diciembre tras la emisión de una orden de arresto contra el vicepresidente suní, Tareq al Hashemi, por supuestos delitos de terrorismo.